Solas a la Roca...

Mientras venía de regreso desde Santiago en la Metro, escuchaba una mujer que le decía a una amiga que hacía tiempo no veía y que coincidieron en ese momento en el autobús, su ilusión por casarse o compartir su vida con alguien.

Aunque busqué maneras para distraerme y no ser parte oyente de cada episodio de su conversación, de aproximadamente 2 horas que es lo que dura el viaje, me fue casi imposible concentrarme en otra cosa que no fuera la voz de las dos mujeres.

Una se había separado del esposo, vino desde Uruguay aparentemente a escondidas del señor, trayéndose consigo a su hija y bajo estricta discreción pero parece que con los permisos adecuados. La otra, acabada de salir de una decepción amorosa, de una situación laboral que le hizo mudarse de Santo Domingo a Santiago, problemas familiares con su madre, etc.

Saqué mi cámara para guardar recuerdos del paisaje hermoso y el verdor del norte, comía unas delicias que me regaló Arturo, pensaba en todas las cosas lindas que acaba de vivir en santiago y de nuevo volvía el reclamo de aquellas mujeres que no son mas que el reflejo de muchas otras sociedades donde las féminas tienen sed de compartir sus vidas, encontrar una pareja que las cuide, las respete, las quiera y desean emprender sus caminos con alguien que pueda mirar hacía un mismo futuro

Parece que cada vez es mas difícil encontrar esos valores en los machos-varones-masculinos, por mas buena y dispuesta que una mujer quiera ser. "Todos andamos buscando algo" (como dice un spot de paginas amarillas) pero aparenta que no todos estamos de acuerdo en buscarlo juntos sino que mientras mas separados mejor.

Al llegar a la estación, ya todo estaba contado y las mujeres solo quedaron en juntarse para salir a divertirse, (como la mayoría)y yo me quedé pensando... no importa cuan linda te pones, no importa el idioma que hablas, la cultura en la cual creciste, lo segura o lo insegura que eres, los buenos o malos sentimientos que tengas, al final todo es la misma M.

Un consejo a las chicas, no nos apuremos tanto que al final vale mucho aquello que dice el refrán: "Mejor solas, que MAL acompañadas
!"