El Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), debería exigir a los restaurantes de comida rápida poner un pare a la estafa de presentar un producto de buen tamaño y calidad en las fotos del menú que no es ni cercanamente semejante con la realidad del que usted recibe y dolorosamente paga.
Pareciera que en este país TODO es un robo!
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