En la noche del viernes tuve la maravillosa visita de cuatro personas que quiero mucho. Somos compañeros de trabajo, pero la relación que día a día hemos forjado, ha merecido que traspase un peldaño más al de simplemente pertenecer a una misma empresa y al de ocupar unos cubículos con horarios determinados.
Tanto ellos como otras personas a las que también aprecio se han encargado de hacerme sentir muy querida especialmente en estos días. Han estado continuamente pendientes de mi recuperación, y no dudo que ese cariño que me demuestran haya favorecido a que el tiempo establecido para el reestablecimiento esté dando resultados positivos.
Elizabeth, Leidy, Patricia y Kelvin llegaron a casa después de un intenso día de trabajo y de esperar por largos y molestos minutos en el tapón que provocó la nueva moda de nosotros los dominicanos la de celebrar el famoso "Black Friday" de matrícula estadounidense.
A pesar de todas estas incomodidades, mis chic@s llegaron a casa con tanto entusiasmo que no se conformaron con solo tocar la puerta sino que espontáneamente armaron un alegre coro tipo "asalto" navideño, y para sorpresa de ellos, el Santa Claus de mi sala les abrió, al ritmo de "a las arandelas, a las arandelas..." :)
A pesar de todas estas incomodidades, mis chic@s llegaron a casa con tanto entusiasmo que no se conformaron con solo tocar la puerta sino que espontáneamente armaron un alegre coro tipo "asalto" navideño, y para sorpresa de ellos, el Santa Claus de mi sala les abrió, al ritmo de "a las arandelas, a las arandelas..." :)
De inmediato y sin perder tiempo mi pequeña cocina fue invadida y Eli tomó el control de la estufa y todos los ingredientes con los que prepararía unos spaguettis que al final resultaron ser unos lingüinis. Mientras la querida "Tía" repartía a cada uno algunas tareas para avanzar con la cena, anuncié a mis visitantes que les tenía una sorpresita que me había ideado y que esperaba que les agradara. Se trataba de una Sangría que con anterioridad venía deseando preparar. No soy compatible con las bebidas alcohólicas, pero las sangrías son refrescantes y tienen un sabor dulzón, por lo que considero que es lo más acertado y no deja de ser un excelente acompañante en una reunión de amigos.
Serví a todos una copa, estaban muy contentos y con gran expectativa por probarla. Luego del primer sorbo vinieron los elogios, comentarios y sobretodo la pregunta... Cuál es la receta??... Por un momento pensé en contarles sobre los ingredientes que había mezclado, pero decidí dejarlo para más tarde y que se concentraran solo en degustarla y prometí que la compartiría en mi blog para que luego la hicieran en casa. Mientras tanto, las copas se fueron vaciándose y llenándose repetitivamente hasta que al final solo quedaron algunos pedacitos de frutas en el fondo de la jarra. :) No estuvo mal mi primer intento, verdad?
Preparamos la mesa para comer los lingüinis más deliciosos que nunca antes había probado. Elizabeth se esmeró en deleitarnos con tanto sabor en su pasta acompañada de pan tostado con mantequilla y ajo. Un verdadero majar, sencillo, riquísimo y lo más importante, hechos con amor. Esa es una receta que Eli tiene que compartir también! Así que la comprometeré para que haga ella misma la publicación en mi blog de esa exquisita pasta.
A Leidy y Patricia, la dejo en espera de la receta de mi sangría... Estén pendientes... :) Mientras, les dejo con algunas fotos que tomamos con los celulares de nuestra bella cena. Lástima que las risas, los cuentos y el buen tiempo que pasamos no puedan describirse literalmente, las palabras muchas veces se quedan cortas.
Serví a todos una copa, estaban muy contentos y con gran expectativa por probarla. Luego del primer sorbo vinieron los elogios, comentarios y sobretodo la pregunta... Cuál es la receta??... Por un momento pensé en contarles sobre los ingredientes que había mezclado, pero decidí dejarlo para más tarde y que se concentraran solo en degustarla y prometí que la compartiría en mi blog para que luego la hicieran en casa. Mientras tanto, las copas se fueron vaciándose y llenándose repetitivamente hasta que al final solo quedaron algunos pedacitos de frutas en el fondo de la jarra. :) No estuvo mal mi primer intento, verdad?
Preparamos la mesa para comer los lingüinis más deliciosos que nunca antes había probado. Elizabeth se esmeró en deleitarnos con tanto sabor en su pasta acompañada de pan tostado con mantequilla y ajo. Un verdadero majar, sencillo, riquísimo y lo más importante, hechos con amor. Esa es una receta que Eli tiene que compartir también! Así que la comprometeré para que haga ella misma la publicación en mi blog de esa exquisita pasta.
A Leidy y Patricia, la dejo en espera de la receta de mi sangría... Estén pendientes... :) Mientras, les dejo con algunas fotos que tomamos con los celulares de nuestra bella cena. Lástima que las risas, los cuentos y el buen tiempo que pasamos no puedan describirse literalmente, las palabras muchas veces se quedan cortas.
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