29 marzo, 2014

Reciclando #yoveoverde

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El tema de reciclaje es algo que siempre ha llamado mi atención y en más de una ocasión he querido ponerme a inventar y hacer de esto un hábito con el mejor deseo de que nuestro planeta sufra menos y que además,  tenga en casa algo de lo cual sentirme orgullosa, aunque sea chiquito.

Hay cosas tan sencillas de hacer, pero tan terapéuticas que vale la pena intentarlo y por más común que sean, compartirlas con los demás hace que mueva la creatividad de otros  y ese pequeño invento vaya  mejorando y mejorando de acuerdo a la capacidad de quienes se animan a intentarlo.

Mi tarea de hoy viene de la mano con el tema de las orquídeas que últimamente ha robado todo mi interés. Aunque esa llamita venía encendida desde antes, por mi gran fascinación por las plantas, las flores y la naturaleza en fin. He dedicado muchas horas a leer sobre el cuidado de estas exóticas plantas, su cultivo, las diversas especies y sus cuidados.  Los expertos en orquídeas podrían decir que es fácil cuidarlas, pero la verdad es que a mí me han resultado muy difícil mantenerlas vivas. Poco a poco estoy logrando ser más paciente con ellas y a darles amor sin regarlas tanto, que es algo que ellas no soportan. Tampoco les gusta estar muy secas, pero eso depende del tipo. El asunto es que esto se ha convertido casi en un reto para mí y sé  que voy a lograrlo. (Dios mediante)

En ese sentido, aproveché que tenía unos brotes de estas plantas  que en realidad no sé si van a sobrevivir, pero quise intentar ponerlos en un hábitat más cómodo y se me ocurrió que era una excelente oportunidad para crear algo o imitar uno de los muchos ejemplos que hay en la Internet sobre el reciclaje con botellas de plástico.

La secuencia de las fotos indican claramente los pasos, pero quiero compartirlos con ustedes de manera más desglosada para que no pierdan ni un detalle.

Pasos:
1 – Utilicé una botella plástica de un producto de limpieza. La lavé bien para que no quedara ningún residuo del producto.

2- Hice una abertura en uno de sus lados. Como pueden ver,  no corté todo sino que,  dejé al aire la otra parte por si acaso la necesitaba después ya sea para colgarla o para proteger las plantas.

3- Tomé una tijera e hice varios agujeros en lo que sería el fondo de mi maceta para hacer pasar el agua. No son tan grandes para no perder sustrato cuando la riegue.

4- Coloqué piedritas en el fondo antes de poner el sustrato definitivo. Esto hará que el agua no se estanque y que las raíces de las plantitas no se pudran.

5- Llené el nuevo macetero con el sustrato especial para las orquídeas,  al menos los que tenía a mano como son fibra de coco, trocitos de carbón vegetal y una mezcla especial ya preparada que adquirí recientemente. Dentro de esta acomodé los pequeños brotes que como verán no lucen tan bien, pero espero que este nuevo hogar los haga sentir felices y crezcan sanos y fuertes.

6- Por último,  utilicé una bandejita para seguir con el reciclaje y coloqué piedritas con un poco de agua, pero sin que estas sobrepasen la altura de las mismas, solo para mantener la humedad del macetero que coloqué arriba y listo!

¿Qué te pareció la idea? ¡Simple y fácil, pero buena para el medioambiente!

Mi proyecto #yoveoverde que ha crecido gracias a las diferentes plantitas que me han regalado algunos amig@s y compañer@s de trabajo y las que he ido comprando, va MUY BIEN.  Poco a poco estoy teniendo un pequeño jardín en mi patio que cuido como un tesoro y me ha movido a leer y a empaparme más sobre el tema,   me ha enseñado sobre todo a ser paciente, a amar más la naturaleza y a tener la esperanza en que algún día veré florecer mis plantas y dejar algo positivo y bello en la tierra.

Quiero verlo crecer día a día,  por eso,  si algún día te animas a que #yoveoverde tenga una matica tuya, puedes dejarme un mensaje y coordinamos. No hay requisitos, ni tiene que ser una planta exuberante, basta el deseo y la intención. Seré muy feliz por ese pequeño, pero GRAN detalle. 

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