Hoooolaaa!! Uuuy, qué emoción volver a acceder a mi blog. 🥰 Después de muchos años sin poder escribir en el porque había olvidado por completo mi correo y contraseña.
Entraba como visitante y leía esas publicaciones que la verdad dicen tanto de como era para entonces; un libro abierto, sin temor a expresar mis sentimientos, mis alegrías, mis miedos y anhelos.
Para ese tiempo las redes sociales comenzaban a robarnos el tiempo y muchos blogueros migraron y abandonaron...no fui la excepción, aunque me resistía a crear un perfil en Facebook, finalmente me dejé seducir por la novedad.
Los seres humanos y el modo de vida ha cambiado tanto desde entonces, que honestamente no me veo siendo tan abierta a escribir como antes. Hoy en día pareciera que compartir tus triunfos y fracasos, alegrías o penas produciría sentimientos malignos en otros, además del infame "hate" que provoca exponer tus opiniones sinceras.
Les confieso que le tengo pavor a estar en el centro de la diana, de sentirme juzgada o generar malestar, en fin...No me gusta, pero es inevitable, no somos perfectos.
Quiero dar las gracias a mi amigo Darío Martínez (40limon.es) por motivarme a retomar las riendas de este blog que por años fue mi refugio, mi desahogo, mi corazón abierto. Intentaré ser tenaz y desprenderme un poco de mi desconfianza y hermetismo aprendidos con la madurez (para decirlo bonito), y contarles de mi NO tan activa vida. 😄
Por último, me encantaría saber si alguien me ha leído o me ha extrañado, no por ego sino por tener un feeback de hasta dónde, quién o a cuántos he llegado. 💛
¡Gracias y bienvenidos! 💟
1 comentario:
Welcome back, querida Angelita!
Mi consejo es simple: escribe solo para ti, para tu propia memoria. Quienes te leemos solo somos ñapa.
Yo por igual quiero retomar mis 40 Limones pero las ocupaciones son tremendas. Amo y atesoro mi blog por lo que me produce: paz y un sentido de anclaje a mi humanidad. Como dices, uno lee entradas antiguas y se da cuenta cómo y cuánto a cambiado (madurado, dicen). Y es bonito mirarse 15 o más años atrás. Y pensar cuánto más cambiaremos de aquí al 2040 y leamos todo lo que escribimos hace tantos años.
Escribe, querida. Que la nostalgia no es mala, y se crea con retazos de cotidianidad.
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