15 febrero, 2010

San Valentín. Parte I...


Ayer, celebrábamos el día de San Valentín en casa de mi padre y la verdad es que si lo hubiéramos planeado mucho, a lo mejor las cosas no salen TAN bien como salieron.

Cada una de las damas llevó una comida preparada por ellas mismas. A mi me tocaba cocinar un pastelón de plátanos maduros, pero una vez entrada en materia en ese departamento, me entusiasmé para hacer algo adicional, algo que no estuvieran esperando y los quise agradar con una lasagna a la bechamel.

En mi familia tenemos la particularidad de que siempre buscamos cualquier excusa para juntarnos y eso significa un alto grado de posibilidad de "hartura" de por medio. Somos una pandilla numerosa, así que hay que llenar la mesa con variados y deliciosos platos. Ayer no fue la excepción, todo quedó increíblemente perfecto y rico. Gracias a Dios por la provisión y porque él es quien permite que nos reunamos cada vez que podemos. Tal y como lo expresó mi hijo Erick durante la oración en la bendición de los alimentos.

Tuvimos un ambiente muy lindo, festivo, de mucha alegría e intercambio de sonrisas y conversaciones. Todo ello simboliza el amor y la unión que reina en nosotros como una pequeña sociedad que se protege así misma.

Como siempre, extrañamos a todos los que están físicamente lejos, pero ellos saben cuanto los queremos y que tanto ansiamos el poder tenerlos presente por aquí.

Como el día del amor y la amistad son TODOS los días, quiero felicitarlos nuevamente y agradecer a cada miembro de mi familia y a mis amigos por la amistad, el apoyo y su incondicionalidad para conmigo y mis hijos.

Como he expresado en otros medios, TODOS son como piezas que componen y arman este corazón que late y vive cada día, gracias a papá Dios y a ustedes.


Esta historia continuará…




1 comentario:

Anónimo dijo...

Guayy manita!! cuantas delicias y yo tan lejos!!! Me alegra saber que la pasaron bien :)


@Sandra P.