Este fin de semana que recién termina, el Señor me enseñó nuevamente que El es fiel con los que le obedecen y esperan en El.
Jamás un hijo de Dios será ignorado, ni los deseos de su corazón conforme a su obra en nosotros, serán desatendidos.
Mi Padre me dijo que no importan las circunstancias, El tiene absoluto control y premiará la fidelidad de quienes le temen y cumplen sus preceptos.
Alabado y enaltecido sea el Señor, porque él no nos exige sacrificios ni holocaustos para que su gracia y misericordia sea derramada en nosotros. La sangre preciosa de su hijo Jesucristo limpió nuestros pecados, lo ofreció por el amor que siente por nosotros y que trasciende todo entendimiento.
Cuando nos encontramos en aflicción sólo nos basta extender nuestras manos al Padre, venir humillado ante su presencia y reconocer que el es Dios. El nos saca del pozo de la desesperación, y pone nuestros pies sobre una roca firme.
Se complace tanto en socorrernos que cuando estamos bajo su sombra hasta nos guiña un ojo y sonríe en complicidad como diciendo: “Ves? En mí no hay desperdicios!”.
Gracias, Señor porque eres infinitamente bueno y poderoso!
♥
1 comentario:
Todo lo que dices Angelita es cierto, por eso no necesitamos mas sacrificios por el pecado, ya Cristo con su unico sacrificio en la cruz pago por el pecado de todos los que creemos en El. No hay que repetirlo como hacen en cada misa, es completamente innecesario!
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