06 septiembre, 2013

#YoVeoVerde


Como les comentaba en días pasados, me decidí a dar los primeros pasos para realizar uno de mis más acunados sueños que consiste en tener un pequeño jardín, pequeño porque no tengo mucho espacio, pero sin dudas será grande porque así es como lo voy a querer y a cuidar.

Mi concepto se basa en tener una vista llena de tonos verdes y brillantes colores de flores donde los pajaritos y las mariposas se sientan libres de volar y posarse en ellas.

Aunque fui comprando varias matitas y las he ido sembrado en mi patio, las más especiales han ido llegando de manos de personas queridas que me han traído desde sus casas, algunos retoños de diferentes plantas.
Ayer recibí “hijitos” de Orquídeas (me encantan). Patricia y su mamá Mildred me sorprendieron y alegraron mi mañana con estos maravillosos regalos que ayer mismo planté en diferentes tarritos y quedaron preciosos.

Como si fuera poco, esta mañana,  mi otra compañera de trabajo se encargó de darme los buenos días con un embace repleto de plantitas. Leidy y su tía Yolanda definitivamente hicieron mi día con estos hermosos detalles.

Mi jardín sigue creciendo, cada día veo más verde y me fascina. Este es un “proyecto” que desde hoy en adelante quiero llamar: #YoVeoVerde  y espero que sea una iniciativa que inspire a otros a querer ver la naturaleza con la importancia que tiene no solo en nuestra vida particular, sino en la de todos los seres vivos de la tierra.  

En mi patio no solo habrá flores en el futuro, habrá nombres de personas queridas impregnadas en cada rama, cada flor o cada hoja. Mi patio ahora va cambiando, es menos horrible que ayer, dentro de poco vestirá su mejor gala.

Transformemos lo que no nos gusta y no me refiero a lo físico, mi patio no tendrá “manos de pintura” ni lo podré ampliar, ni darle terminación, tampoco podré contratar a un paisajista, pero cada planta que siembre con amor florecerá para embellecerlo y para honrar la obra de Dios.





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