Hoy, mi día comenzó un poco fuera de lo común. Le dije a mi
hijo Daniel que lo llevaría al trabajo porque estaba lloviendo y porque la noche anterior él me lo había pedido de una
manera sutil como para que no me
sintiera comprometida ya que él sabe cuanto me gusta quedarme un poco más de tiempo en la cama si
no tengo que ir a la oficina.
Nos fuimos tempranito, las calles lucían despejadas, pensé
que un día como hoy sábado, antesala del día de votación, los ciudadanos
estarían mas activos, pero la lluvia definitivamente hace que mucha gente se
quede en casa.
Los dominicanos
tendrán este domingo 20 la oportunidad de elegir un nuevo presidente con el
sufragio en las urnas. Yo me abstengo de ese derecho desde hace unos años atrás.
Puede que esté asumiendo una actitud errada,
pero en verdad no me mortifica. La política que se practica en mi país no es algo
de lo que me deba sentir orgullosa y mientras esas acciones me hagan pensar que
no vale la pena, no voy a invertir mi tiempo en un centro de votación creyendo
en promesas de campañas y redentores
fantasmas.
Siguiendo el
recorrido, la mañana era de unos de esos despertares que se prestan a desear pasarse
en día entero en casa, acurrucada bajo las sábanas, desayunando con un
chocolatito caliente, tostadas, etc. Pero
yo no, yo estaba rodando para dejar a Danny y quizás hasta quedarme un rato
trabajando, pero finalmente decidí solo dejarlo y seguir mi camino.
Iba en dirección a casa, pero al pasar por una Panadería y
Repostería y ver que estaba abierta a
esa hora tan temprana, me dejé seducir
por un rico Cappuchino que de vez en cuando me tomo allí, y por qué no?, un antojito de un Croissant
relleno de queso crema.
Me senté un momento y tras el cristal veía que la lluvia era
cada vez más fuerte, en el lugar sólo estaban los empleados, otro cliente y yo. Era divertido estar allí, la sensación era
divina, pero en cuanto pude salir de La Baguette, encendí mi carro y me fui.
Parada en la luz roja de un semáforo de nuevo en dirección a casa, volvió a llamar mi atención que las vías eran
idóneas para un paseo por la ciudad y disfrutar un poco de ella bajo el
torrencial aguacero y aprovechar las pocas veces que veo la
capital tan desolada. Así que, doblé a
la derecha y decidí bajar toda la
avenida Abraham Lincoln hasta llegar derechito
al Malecón.
Mientras iba
conduciendo, me iba lamentando el no tener conmigo una de mis cámaras, pues el
cielo estaba tan espectacularmente nublado que hubiese querido tomar unas
cuantas fotos para acompañar esta entrada.
Al llegar al malecón finalmente, noté como era de esperar, que el mar estuviera muy picado. Su bella y acostumbrada tonalidad azul luchaba contra sus corrientes sucias por no contagiarse,
pero la fuerte lluvia y el viento hacían alejarle la intención.
De todos modos, a mi me parecía hermoso así, hasta quise
estacionarme un momento para contemplarlo detenidamente, pero no hubo chance,
pues algunos camiones de carga procedentes del puerto de Haina aprovechaban también
la mañana para tomar carretera, por lo que la lluvia, el tráfico más activo de esta
popular vía costera demandaba de mi parte un poco más de precaución.
Pasé los grandes hoteles, el Obelisco, la Plaza Juan Varón
hasta subir a la Zona Colonial. Me
dirigí hacia la calle Padre Billini, luego Las Damas, después La Mercedes,
crucé la Santomé y así hasta llegar a la 30 de Marzo y volver a tomar ruta para
arribar definitivamente a mi hogar.
Mi hijo Erick aun dormía, yo había llegado satisfecha y
renovada gracias al paseo, aunque algo ansiosa por hacer algunas fotos, pero
este clima no es muy amigo de ni de las cámaras ni de los fotógrafos, por lo
que unas fotos caseras nunca caen mal para poner en práctica la creatividad y el
ingenio de componer.
Recordé que había comprado en Amazon algunos adornos para la
casa y recientemente me habían enviado un email solicitando un feedback de las
compras. Me pareció una excelente oportunidad para hacerle fotos a esos
elementos e incluirlas en mi mensaje de satisfacción como una retribución al
buen servicio del suplidor.
Las imágenes que ven a continuación son el resultado de esa composición
que comenzó a rondar por mi mente una vez se encendió el bombillito de las
ideas en el cerebro.
Foto: Angela Guichardo/Derechos Reservados |
Foto: Angela Guichardo/Derechos Reservados |
Mas tarde, luego de
comer un rico almuerzo, preparé un cafecito, y cuyo aroma quise dejar plasmado a través de
esta foto para compartirla con ustedes. Espero que les llegue y les sepa tan rico como
a mí…
Para concluir, solo deseo expresar y si es posible contagiar
la felicidad que se siente al poder disfrutar de pequeñeces como las que hoy,
Dios me permitió vivir.
♥
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