21 abril, 2013

Foto: Angela Guichardo

Por lo general detesto ponerle nombres a las imágenes, siento que nombrarlas las exalta o las destruye y como no me creo buena en ello, prefiero dejar en la mente de cada persona que las observa, el título que su interpretación les otorgue.




1 comentario:

Jorge Araujo dijo...

“Un Alma Dormida Sobre la Floresta”
-Qué sería de los vivos sí los fantasmas no soñásemos? De qué follaje se nutrirían sus musas?
Contrario a lo que ustedes piensan, los fantasmas no somos endémicos de regiones lúgubres y cavernosas, no pululamos en las necrópolis, ni en las ermitas abandonadas. Preferimos el campo abierto, somos más dados a la intemperie, al frescor del roció, a las brisas sonoras y a la energía limpia y silvestre que emana en las regiones vírgenes. Nosotros hacemos un mejor uso que ustedes de nuestro libre albedrío. Delimitamos los espacios mas no los restringimos. Siendo uno solo, no dividimos en tiempos el tiempo. Alcanzamos la plenitud emancipando la consistencia del volumen. Sobre todo, no nos desgastamos midiendo la intensidad de los sentimientos, ya que ninguno de ellos fue creado para ser dosificado. A fin de cuenta, lo absoluto también es relativo.