30 septiembre, 2012

Centro Cultural Perelló



Quedé gratamente sorprendida cuando visité junto a mis compañeros de viaje, las instalaciones del Centro Cultural Perelló en la provincia Peravia, Baní. 


Realmente, obras como estas hacen vibrar el corazón y se siente el apego y amor de la visión del fundador de Industrias Banilejas, el Sr. Manuel de Jesús Perelló quién según nos comentara nuestro amable guía en el centro, era su sueño ver realizado el dotar de una gran biblioteca a su pueblo natal.


Los hijos de su progenitor, no sólo cumplieron con el anhelo de su padre, sino que magnificaron su hermosa idea y levantaron en su memoria una edificación que tiene un valor cultural invaluable.


Quizás lo que nunca Don Manuel pensó es que, esta fuente de información que él deseaba dejar como herencia a los banilejos, no sólo beneficía a sus compueblanos sino que ésta ha extendido su alcance a todo el resto de los dominicanos.  

Construir una biblioteca surgió del profundo sentir de ese hombre honorable, como muestra de agradecimiento hacía Peravia por el apoyo y la confianza depositada en él desde el 1945 cuando inició Industrias Banilejas, C. por A., empresa que a lo largo de estos 67 años se ha convertido en un ícono de tradición, perseverancia y firmeza en la República Dominicana.

Induban además ahora de este centro, ha provisto a los dominicanos del sabor y del orgullo de decir que tenemos un producto por excelencia que nos identifica como nación y el cual disfrutamos a plenitud, una, dos, tres veces al día; el aromático y delicioso Café Santo Domingo.

El Centro Perelló cuenta con un hermoso y confortable auditorio, salas de exposiciones, aulas didácticas provistas de computadoras, equipos y la tecnología necesaria para que los estudiantes realicen sus asignaciones con eficiencia y comodidad.

Tuvimos la oportunidad de ser asistidos por un guía como antes mencionaba, que nos fue mostrando cada uno de estos salones, también nos deleitamos con la bellísima y verde área exterior, cuyas plantas están debidamente identificadas con sus nombres.

Cuando visite el Centro Cultural Perelló no puede irse sin antes degustar su rico café en su moderna cafetería, acondicionada para disfrutar una buena charla y el incomparable sabor de su café.

Aplaudo con admiración y respeto la memoria del Sr. Perelló; así como la puesta en marcha de sus ideales por parte de sus familiares al reconocer junto a él, el maravilloso legado que sin dudas fortalecerá el desarrollo del conocimiento, la educación y el amor por la cultura por parte de los alumnos, profesores, artistas, y del pueblo dominicano en general.

Fotos: Angela Guichardo/Derechos reservados
Más imágenes aquí:


♥ 




29 septiembre, 2012

Ángel de la guarda...

Foto: Angela Guichardo

Hoy cuando venía de regreso a Santo Domingo desde Baní y vi estas nubes, tuve la sensación de que la imagen que se forma en ella es un ángel mirando al cielo.

Una señal? ...Quizás.


27 septiembre, 2012

El más alto hasta ahora...

Torre Caney/Foto: Angela Guichardo/Derechos Reservados
Hoy estuve visitando un cliente en Bella Vista Mall y el parqueo que me tocó estaba en el tercer nivel. Antes de entrar a la plaza admiré por unos minutos el paisaje y decidí tomar varias fotos con mi Point and Shoot.  

Este es el edificio más alto de República Dominicana, la Torre Caney. Tiene unos 40 pisos de lujosos y espaciosos apartamentos, dentro de las muchas otras comodidades con las que cuenta, podemos resumir unas cuantas: Piscina, Gimnasio y hasta un Helipuerto.

Definitivamente esto es un lujo que muy pocas personas se pueden dar, pero "A quién Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga".





26 septiembre, 2012

Escoge el color...

Foto: Angela Guichardo/Derechos Reservados

                                                                         ♥

De antojo...

Foto: Angela Guichardo/Derechos Reservados


                                Este es un Volcán y erupciona mermelada de Guayaba. :)


                                                                           ♥

23 septiembre, 2012

@Home

Si tomo más fotos este fin de semana, las iré subiendo en esta entrada. Me encanta componer y de vez en cuando hacer mis propios mini safaris sin salir de casa...

Con este mosaico quiero resaltar los colores que predominan en mi sala. Tonos cálidos, los del otoño, mis favoritos!

"Welcome Autumn!"











Por estar inventando desde temprano, viendo tutoriales en youtube y aprendiendo cosas nuevas, el desayuno se postergó hasta casi las doce, por ello nombré esta imagen como:

"Nunca es tarde si la dicha es buena." :)









































Esta la tomé el domingo, se llama: "Bring some color to this heart" :)



PD: Hagan clic dentro de las imágenes para verlas más grandes.

Fotos: Angela Guichardo
Derechos Reservados

22 septiembre, 2012

Sin rumbo...



Nuestros sueños navegan de estribor a babor
empujados por la furia de unos besos
dos cuerpos que se envuelven en las tibias velas de cálidos abrazos
empapados en este charco de mar amarillento.

...A dónde nos lleva esta brújula?... No lo sé, ni queremos saberlo!



Foto: Angela Guichardo
Sobre plantilla PNG

16 septiembre, 2012

Jugando con la Cam.

Este como otros fines de semana, lo pasé con poca actividad al exterior, pero la cosa no es tan aburrida cuando se tienen una cámara en mano y uno que otro interesantísimo tutorial en youtube para practicar la edición de fotos...Así que, comparto con ustedes mis inventos...















Fotos: Angela Guichardo
Derechos Reservados

12 septiembre, 2012

PHOTOIMAGEN 2012

Aprovechando mi visita al negocio de un cliente en la Zona Colonial, pasé a disfrutar de las maravillosas exposiciones fotográficas   que en el marco de la celebración de PHOTOIMAGEN 2012  se están exhibiendo en diferentes salas, galerías y museos de Santo Domingo. 

Las propuestas de Roger Zayas y Marielle De Luna son un vivo ejemplo de la calidad y la exquisita selección de obras que el público tiene la oportunidad de apreciar todo el mes de Septiembre.

De Roger podemos disfrutar su recopilación de imágenes de su pasado proyecto 365 de "Manos" y que hoy las bautiza con el nombre de "8760", para convertirse en su segunda exposición individual.  Las fotografías estarán disponibles en el Laboratorio Evolutivo en la calle El Conde, casi al lado de Hard Rock Café.


Marielle por su parte, comparte sus Mysterium, Tremendum y Fascinans piezas con el estilo particular y sello muy característico de esta mujer, espontánea, segura, fuerte, pero a la vez un ser humano sensible y comprometido con las mejores causas.

Cura Animarum, la colección de obras de Marielle, están dándole vida a las enormes paredes de Casa de Teatro en la calle Arzobispo Meriño.

Así también, muchos otros talentosos fotógrafos y fotógrafas, como mi querida amiga Amanda Tatiana Forteza, cuyas fotos no pude ver esta noche,   exponen su arte y esperan el apoyo de todo el público que admira el talento y la creatividad de sus ojos.

No se pierdan Photoimagen 2012!




07 septiembre, 2012

04 septiembre, 2012

Con luz verde para vender de todo

Las intersecciones de las principales avenidas de Santo Domingo se convierten cada día en un dinámico mercado donde se ofertan diversos productos y servicios.

Santo Domingo.- Los semáforos además de regularizar el tráfico de vehículos y peatones que transitan en las diferentes intersecciones viales de la capital,  se convierten en el cronómetro que marca el tiempo para que los vendedores que en ellas circundan, realicen la gestión de venta de un sinnúmero de artículos y servicios que ofrecen a conductores y transeúntes.

Periódicos, frutas, flores, agua embotellada, accesorios para celulares, tarjetas de recarga, gafas de sol, alcancías,  repuestos de parabrisas, entre otros; son algunos de los productos que decenas de hombres, mujeres y niños ofertan a sus clientes en un lapso de tres minutos aproximadamente,  durante el cambio de luz.

Algunos vendedores mas osados ponen en riesgo sus vidas al tratar de correr en medio de las vías para alcanzar los vehículos con los que no han concluido sus ventas, siendo esto un verdadero peligro tanto para ellos como para los choferes por los accidentes fatales que podrían ocasionar e involucrar a otras víctimas.

Estas personas de nacionalidades dominicanas y haitianas, desafían las inclemencias del tiempo y el caos de las horas pico para ingeniárselas y acceder entre los estrechos pasillos que van dejando los conductores en las horas de mayor tráfico, seduciendo con sus ofertas a los compradores.

No reaccionan:
El aumento del comercio informal en ocasiones parece burlar las regulaciones de la Alcaldía del Distrito, organismo y autoridad competente que desde el año 2010, controla los artículos que se ofrecen; así  como el número de revendedores que se encuentran en los semáforos.

En cuanto a las ventas, estas no sólo se limitan al expendio de productos comestibles o simples accesorios, sino que también violan las leyes de medioambiente y de la sociedad protectora de animales, al ofrecer a los clientes perros, peces en fundas y aves en jaulas, algunas que incluso se encuentran en peligro de extinción.

El caso más reciente lo es también la depredación de los árboles de la llamada Flor de Libertad o Moringa, cuyas hojas han tomado auge entre los dominicanos por el resultado de un estudio científico que revela su alto contenido medicinal y que ahora se ha añadido al catálogo de productos de estos vendedores.

Otro caso que podemos citar es el inadvertido corte de Bambúes  para la fabricación de alcancías. Al parecer las novedosas y resistentes “cajas fuerte de los pobres” han tenido buena acogida en el nicho de mercado de ahorrantes que ignoran el alto precio que paga la madre naturaleza por la tala indiscriminada de árboles, y en especial del Bambú que además de proteger del viento los campos de cultivos, ayudan a evitar la desertización pues, sus raíces no permiten que las lluvias se lleven la tierra.

Problema social:
Los comerciantes de estas vías públicas, son en su mayoría padres de familias, pertenecientes a una clase social pobre y salen cada día salen con la esperanza de encontrar el sustento de sus hijos en esos improvisados puestos de trabajo.

La falta de educación académica y el bajo nivel de preparación sumado a la alta tasa de desempleo, no les han permitido a estas personas insertarse a un mundo laboral mas formal, menos riesgoso y mejor remunerado donde puedan contar con seguro médico y una calidad de vida más digna.

Hay de todo:
El comercio en los semáforos no solo reúne gente laboriosa y bien intencionada; es también un escenario que muchos aprovechan para pedir limosnas fingiendo una discapacidad; así como también jóvenes que inesperadamente lanzan contra el cristal de los vehículos una esponja empapada de agua y llegan a reaccionar de forma violenta, agrediendo u ocasionando daños a la carrocería si el conductor no acepta sus servicios.

La Dirección General de Migración ha denunciado en ocasiones anteriores que se han detectado bandas que se dedican a distribuir a indocumentados en las principales calles de la capital para pedir dinero a los conductores y luego arrebatarles el monto que obtienen de sus acciones pedigüeñas.

Ingenio:
Con el tiempo se van incorporando nuevas  atracciones al universo de opciones que los vendedores exponen delante de los cristales de los carros.

Desde un pollito que ponen a saltar en su bonete, a un evangélico que nos grita “Arrepiéntete!”, y desde un perro Dálmata con manchas hechas a puros brochazos hasta una muñeca hawaiana que baila en el tablero.

Sin dudas que el ingenio de la gente del pueblo es una cantera inagotable de creatividad que no deja de sorprendernos día tras día.


02 septiembre, 2012

Relato del relato...

En Colombia se dio a conocer la terrible noticia que protagonizaban ocho tripulantes del destructor “ Caldas”, una embarcación de la marina de guerra de ese país,  que había naufragado debido a los embates de una poderosa tormenta que los sorprendió en alta mar.

Los experimentados marineros  viajaban el 28 de febrero de 1955 a bordo de la nave que  había sido sometida a múltiples reparaciones.  Abandonaban  Mobile, Estados Unidos  para regresar a su natal Colombia específicamente al puerto de Cartagena para rencontrarse con sus familiares luego de ocho meses de ausencia.


Se inició la búsqueda de los náufragos con la ayuda de las fuerzas armadas de Estados Unidos asignados en el Canal de Panamá en oficios militares, pero luego de cuatro días de escudriñar la zona de la tragedia si éxito de encontrar sobreviviente alguno, declararon oficialmente muertos a todos los tripulantes, terminando así las esperanzas del pueblo de encontrarlos con vida.


Una semana más tarde llega a una playa desierta de la costa norte de Colombia, apenas con un halo de vida y moribundo uno de los “muertos”, después de sobrevivir a diez días de hambruna y sed a merced del despiadado sol,  el vaivén del mar y de enfrentar diversas situaciones en una balsa a la deriva.
Luis Alejandro Velasco fue entonces recibido como héroe de la patria, abordado de inmediato por las fuerzas armadas, quienes los internaron en el hospital militar para que solo pudiese hablar con los periodistas del régimen ya que la prensa de entonces se encontraba censurada por la gobierno  dictatorial del general Gustavo Rojas Pinilla cuyas hazañas más memorables estaban teñidas de sangre y opresión.

La historia que contó Velasco fue disfrazada, contada por pedazos, manoseada y tergiversada para ocultar la realidad. Exaltando la figura del condecorado héroe, que entonces era invitado a pronunciar discursos patrióticos, paseado entre flores y música como ejemplo para futuras generaciones,  rodeado del pueblo entre firmas de autógrafos y besado por reinas de bellezas.

Había recaudado una pequeña fortuna con el protagonismo de una agresiva publicidad por su hazaña, la misma que mas tarde cansaría a los entonces  le alababan. Hartos de una historia refrita y de un héroe que se alquilaba para contar unas y tantas porquerías  que al cabo del tiempo se les agotarían.

Pasada la euforia de su heroísmo, se acerca al diario El Espectador con la intención de contar una vez más su historia, lo cual ya no parecía atractivo porque había pasado su boga y le señalaban como alguien que inventaría cualquier cosa por obtener dinero y que cualquiera que fuese su declaración estaría ensombrecida por los límites que el gobierno enfáticamente le había trazado.

Aunque fue rechazado al unísono, antes de que este llegase a bajar las escalaras, fue mandado a buscar por Guillermo Cano; director del diario, atendiendo al impulso de una corazonada, aceptó su trato y se lo encargó al joven reportero de planta, García Márquez.

Ambos decidieron reunirse en 20 sesiones de seis horas diarias, durante los cuales Velasco narraría sus días de travesía a la deriva en el inmenso mar. El reportero por su parte tomaría notas con el fin de obtener un relato compacto, pero más que todo, su preocupación era que fuese verídico y creíble; pues para su sorpresa, su protagonista tenía una excepcional facilidad para la narrativa así como entre otras virtudes; una extraordinaria memoria.

Luego del cuarto día de trabajo, le pidió a Velazco el cual tenía más “cara de trompetista que de héroe” como él lo describía, que le contase como fue la tormenta que sorprendió su embarcación junto con los otros siete pasajeros. Quedó atónito cuando escuchó salir de sus labios “es que no hubo tormenta”, y así lo sustentaban los servicios meteorológicos que afirmaban que ese día era como uno más de los de febrero en el Caribe, mansos y diáfanos.

Con esa respuesta, todo indicaba que la verdad nunca había sido contada como hasta ahora  y que las siguientes revelaciones desvelarían una serie de faltas graves que se ocultaron detrás de aquella historia subordinada por aquellos en quienes recaerían esas responsabilidades.

La historia  del naúfrago se publica en catorce días consecutivos, y el relato de su aventura se convierte en una denuncia política que  sacude al país y al gobierno. Finalmente la osadía de contar es vez la verdad de todo, las fuerzas del régimen clausura el diario, al héroe le cuesta su carrera y la gloria obtenida y condena al exilio al joven periodista.

El destructor era como todos los buques de guerra, ligero y de escasa capacidad, pero cuando fue azotado por el viento en la mar gruesa, se soltó la carga que iba en cubierta.  Era una carga de contrabando que transportaban ilegalmente y que fue la causa del sobrepeso por el cual la nave no pudo maniobrar para salvar a sus tripulantes que cayeron dispersos en el agua por la embestida. El Caldas se hundió al no soportar el peso y con él se fueron al fondo, neveras, televisores, lavadoras y otros electrodomésticos.

La noche antes del abandonar el puerto de Mobile, Alabama los marineros habían ido al cine a ver una película que otros compañeros les habían recomendado; “El Motín del Caine”, contó Velazco.
Al final, la película no los sorprendió tanto como la tormenta que se desarrolló en ella. Discutieron entre ellos que hubiese sido lo indicado para modificar el rumbo del buque, tal como lo hicieron los amotinados en la historia.  Pero ninguno de ellos, ni siquiera el  propio Velazco que llevaba más de once años en la marina, había vivido una experiencia similar y confesó que esa noche no durmió por la impresión y el miedo al pensar en la travesía  que en los siguientes días enfrentaría y que incluía el golfo de México, el cual  tendrían que pasar antes de llegar a Cartagena.

A las tres de la madrugada del 24 de febrero el A.R.C. “Caldas” zarpó del puerto de Mobile con rumbo a Cartagena, sus tripulantes sentían felicidad de regresar a sus casas con sus familias y con los regalos que llevaban para ellos. Permanecieron en silencio una vez dada la orden de: “Servicio personal a sus puestos”. Hasta el amanecer el viaje fue tranquilo y las luces de Mobile habían quedado atrás.

“Ya estamos en el golfo”, le dijo uno de sus compañeros a Velazco. Era ya 26 de febrero. Sus miedos se habían disipado por la suavidad con la que se deslizaba el destructor. En cambio, el cabo Miguel Ortega que no era un novato en el mar, yacía pálido y descompuesto luchando con el mareo que traía prácticamente desde que zarparon.

El “Caldas”se había movido mucho, pero no tanto como la noche del 27 de febrero, ninguno de los marineros que estaban en sus literas habían podido conciliar el sueño y Velasco por su parte pensaba con pavor en la gente que estaba en cubierta. Casi de inmediato escucharon la orden de: “Todo personal pasarse al lado de babor”. El barco se encontraba escorando peligrosamente a estribor y trataban de equilibrarlo con el peso de todos los tripulantes. El viento silbaba fuerte y el personal de cubierta estaba empapado y con frío.

En la madrugada del 28, Velasco junto con seis de sus compañeros se reúnen en la popa para su última misión a bordo, ya que en horas de la tarde estaría en Cartagena.  Entregó la guardia sin novedad, pero la brisa arreciaba y las olas eran cada vez más altas, reventaban en el puente e inundaban la cubierta, bañando así las neveras, las lavadoras, las estufas y el resto de la carga fuertemente asegurada en la popa.

Horas más tarde el buque empezó a escorar y a inclinarse peligrosamente a estribor una vez más. Nuevamente repitieron la orden de moverse a babor. Una ola enorme se reventó contra ellos quedando empapados, pero lentamente el destructor recobró su posición normal. Hubo un instante de silencio hasta que Ramón Herrera quien permanecía pensativo irrumpió para expresar: “A la hora que manden a cortar cabos para que la carga se vaya al mar, yo soy el primero en cortar.”

El buque seguía defendiéndose del oleaje, pero cada vez para su infortunio escoraba más, cuando de repente una nueva ola, más grande que la anterior volvió a reventar sobre ellos. En vez de escuchar la orden de soltar la carga, les ordenaron usar sus salvavidas. El destructor pareció suspendido en el aire por unos segundos y luego todos se hundieron.

Velasco luchaba contra el agua y nadaba hacía arriba,  vio a uno de sus compañeros tratando de sobresalir del agua.  Continuó nadando a pesar de que le faltaba el aire y se asfixiaba. Al salir a flote no vio nada distinto al mar, no había nada a su alrededor. Unos segundos después vio surgir de entre las olas el buque que chorreaba agua como un submarino y es entonces cuando se da cuenta que todos habían caído al agua.

El náufrago cuenta al reportero que su primera impresión fue la de estar absolutamente solo en el mar. Se mantenía a flote, vio como reventaban las olas contra otras y a 200 metros como el destructor se precipitaba al abismo y desaparecía de su vista, segundos después numerosas cajas de la mercancía que llevaban salieron a la superficie, las usó para sostenerse aferrado a una de ellas, atolondrado y sin saber exactamente que sucedía.

De pronto comenzó a escuchar gritos cercanos y  por primera vez se dio cuenta que no estaba solo. Reconoció la voz de uno de los marineros; de igual modo fueron apareciendo uno a uno sus otros compañeros a pocos metros de distancia, gritándose uno a otros tratando de mantenerse a flote.

No podían nadar hacía ningún lado, Velasco sabía que estaban a 200 millas de Cartagena, pero había perdido su sentido de orientación, por lo que pensó en aferrarse a aquella caja hasta que vinieran en su auxilio. En cierta forma el miedo aun no se apoderaba de él porque tenía la compañía de los otros marineros que se encontraban en igual circunstancia. Fue entonces cuando vio dos balsas, aparecieron de repente en la cresta de una ola y sin pensarlo, se lanzó a alcanzar la que aun podía divisar.

Un fuerte oleaje le puso una de ellas prácticamente  a su lado, la sujetó con fuerza y en el tercer intento logró saltar a su interior. Reincorporándose de inmediato, trató inútilmente  de remar en contra la brisa para acercarse a sus otros compañeros que luchaban por no ahogarse y por alcanzarlo; sin embargo apenas a tres metros de ellos, vio como cada uno de diferentes formas descendían  a la mar y los perdía de vista.

Entonces el héroe con cara de trompetista se encontraba solo en el mar, de pie, con el remo en alto, examinando el agua, esperando en vano que alguien surgiera en la superficie.  El tiempo le pareció extremadamente largo, no tenía ni agua ni alimentos.  El sol comenzaba a quemarle la piel, seca y endurecida por la sal. Tenía una herida en su rodilla derecha que afortunadamente ya había dejado de sangrar.

Entonces ahora solo contaba con su reloj, el cual aun funcionaba y no dejaba de mirar. Tenía su anillo, su cadena de oro con la medalla de la Virgen del Carmen, las llaves de un armario y tres tarjetas que le habían dado en un almacén, las cuales leía cada día para distraerse. Hacía planes para cuando fueran a rescatarlo, miraba las estrellas, pensaba en los animales del mar, tuvo alucinaciones y hasta escuchó la voz de unos de sus compañeros que antes de que desapareciera le gritaba: “Gordo, rema para este lado”.

Recordó sus mañanas de desayunos en el destructor, reconstruyó la tragedia y se culpó por subir a cubierta aun sin estar de guardia, imaginó que el único que se encontraba a la deriva era él y que el resto había sido rescatado. Mientras estuvo a la deriva puso en práctica su entrenamiento militar, cuidó sus pulmones de los rayos del sol, se colocaba la camisa húmeda sobre su cara, entre otras cosas.

El mar estaba sereno al atardecer cuando se acercaron tiburones a la balsa, merodeando hasta cuando anocheció. En la mañana contemplaba el espectáculo entre el agua transparente la gran cantidad de peces que nadaban cerca de la balsa. Su antiguo amigo Jaime Manjarrés se le apareció y le hizo compañía, mientras le mostraba con el dedo índice la dirección del puerto; con esta y otras alucinaciones,  Luis Alejandro Velasco sobrevivió a la deriva en el mar y el décimo día al divisar tierra, decidió lanzarse en estado moribundo a nadar desesperadamente hasta llegar a la orilla de una playa desierta y encontrado por unos campesinos.

 Asediado y sorprendido por el revuelo que su aventura había provocado, el entonces héroe  aseguró que su  supuesto heroísmo no fue más que su instinto natural de supervivencia y que si le preguntaran como se sentía un héroe, aun no sabía que contestar.

Relato de un Náufrago
Gabriel García Márquez