04 agosto, 2013



Hace días coloqué comida en mi terraza para acercar a los pajaritos, para crear costumbre en ellos de visitarme sin temor a ser agredidos y para que tenga alimento seguro cada vez que vengan. 

Poco a poco han ido llegando unos cuantos, supongo que mientras estoy trabajando o cuando hay menos ruido en la casa, aprovechan para venir con más frecuencia a comer del alpiste, las migas de pan y el agua que día a día con amor les sirvo.

Me he encontrado su grata visita varias veces, y es algo que me llena de regocijo porque me encantan y verlos llegar a casa y posarse en las rejas es una bellísima bendición.  

Esta es la primera foto que logro tomarle a uno. Si ven una viñeta oscura en el borde es porque estaba detrás de la malla de la puerta, escondidita y tratando de no espantar a mi hermoso visitante. 

Amo la naturaleza, especialmente las aves, las cuales siempre deben ser libres, volar en libertad para lo cual fueron hechas.  




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