27 junio, 2012

Los débitos fraudulentos, serán ya costumbre en el Banco Popular?


Hace un poco más de una semana, me encontraba en la sala de espera de un consultorio médico y exactamente a las 6:28 de la tarde recibí el primero de dos mensajes de textos que llegaron a mi celular.  

Los mensajes provenían del Banco Popular informándome sobre la transacción de dos retiros por valor de RD$10,000 pesos de mi cuenta de ahorros vía el cajero electrónico de la Estación Shell de la Avenida  Luperón.   

Esta es una nueva modalidad que ha implementado la institución, supongo que como una medida de seguridad para combatir los tantos fraudes a los cuales parece ser tan vulnerable ya que no es la primera vez que conozco de casos similares al mío.

Al leer el primer mensaje, sentí un gran sobresalto porque de repente te sientes invadida y muy confundida.  Afortunadamente pude comunicarme al banco tan pronto como pude.  

Me decepcioné un poco desde el primer contacto que hice con el representante, pues me di cuenta que aparentemente para el Banco Popular esto ya se ha vuelto costumbre y ni los mismos empleados se inmutan cuando se le está  haciendo un reporte de tal naturaleza. Parece que la empatía no sólo se la clonaron sino que se la llevaron de vacaciones y no se la han devuelto.
  
Mientras hablaba con el operador, entró el segundo mensaje del otro retiro por igual valor al primero, por lo que no me pude percatar de inmediato  sino después que había terminado la llamada.   Al leerlo creí que se trataba del mismo mensaje, pues no se en qué capítulo me quedé, pues a mi entender, de los cajeros automáticos el límite de retiro diario era sólo de RD$10,000 pesos.   Así que esperé a llegar a casa, para validar por Internet banking mi estado de cuenta. 

Mi cabeza comenzó a hacer un balance de los últimos retiros realizados y en cuales de los cajeros automáticos que no suelo frecuentar podría haber sido clonada mi tarjeta.  Primero pensé en el que se encuentra cerca del Gold Gym de la Paseo de los Locutores, próximo también a mi lugar de trabajo. Este cajero, a a pesar de que casi nunca está solo, es uno de los cajeros más inseguros y descuidados que conozco. Solo la necesidad por tener algo de efectivo en un momento dado me hizo parar en el y les juro que al entrar sentí grima por lo sucio y abandonado que se encuentra.   

El otro el cual me causó cierta duda es el que está en la estación Shell de la Av. J. F. Kennedy  con Lope de Vega, frente al Banco Nova Scotia, lo relacioné con el fraude porque los dos retiros lo hicieron de un cajero ubicado en otra estación de Shell, la de la Av. Luperón, como les decía al principio.  Con tanta inseguridad y tantos reportes de lo mismo, realmente es una aventura adjudicar a uno en particular, ya no se sabe a cual de todos culpar.
  
Aterricé nuevamente a mi realidad y me quedé con la angustia de esta situación, pero tuve que conformarme con lo que me había indicado el empleado del Popular…Esperar al día siguiente para hacer el reclamo directamente en una oficina de servicio, pues por la hora ya no era posible ir ese mismo día.

En verdad no entendí cual era la función entonces de llamar urgentemente a ese número y perder el tiempo hablando con alguien que al final me va a dar esa “solución". 

Estando ya en casa, procedí a revisar el estado de mi cuenta de ahorro y en efecto casi me da una cosa cuando pude comprobar que esta tenía dos débitos por la suma total de RD$20,000 pesos, que un gracioso o graciosa aprovechando las debilidades de nuestro principal y más solvente banco privado de la República Dominicana, se las ingenió para burlar su gran sistema de seguridad.  

Al día siguiente, me fui temprano a la oficina comercial que me corresponde y luego de esperar mi turno el cual parecía eterno, me atendió una empleada que por su manera de actuar no me quedó dudas de que estaba en entrenamiento porque solía apoyarse constantemente en sus compañeras para realizar cada paso, no solo de la reclamación sino hasta para encontrar el nuevo plástico que debía otorgarme (No está mal, a todos nos pasa en algún momento. Yo también he sido “la nueva”.), pero ya mi paciencia estaba sensible sobretodo viendo con la lentitud que trabajan en esa sucursal, mi dinero en el bolsillo de otro y mi hora de almuerzo agotándose...

 En esta ocasión también se hizo notar la indiferencia hacía este tipo de reporte, es como si los fraudes al banco fuesen tan comunes que ya no despiertan asombro entre  sus gentes,  contrario a cuando es una la afectada y quien tiene los  ‘‘chelitos abajo”, además con la incertidumbre de desconocer cuando ellos estarían listos a devolverte el dinero! 

En cierto modo me sentía tranquila y me auto medicaba con  la idea de que todo era asunto de tener paciencia porque aun con toda la frialdad con que fui tratada, estaba lidiando con una institución que en momentos  dados ha respondido no sólo en estos tipos de reclamos que para ellos han de ser nada, sino en situaciones verdaderamente apremiantes y delicadas para ahorrantes con mucho más dinero que perder que yo, aunque sea poco o mucho no estoy dispuesta a perderlos, obviamente. 

Cuando la joven concluyó al atenderme y hacer las indagaciones de lugar,  agarró un trozo  de papel  de una hoja  previamente usada (Viva el reciclaje!) y escribió en él  un número de reclamo, el teléfono de Teleservicios Popular  y  como para anestesiarme pronunció las palabras: “Yo misma le daré seguimiento a este caso”.  

Me llamó mucho la atención que nuestro prestigioso Banco Popular proceda de una forma tan informal a entregar a un cliente una constancia tan delicada como un reclamo por fraude, pero si se trata de ser voceros a en contra de la tala de más árboles para fabricar papel, lo aplaudo; aunque tal indelicadeza parezca restar importancia a este proceso.

Me retiré de la oficina con aquella promesa de la representante, aliviada por haber procedido temprano en lo que el oficial del banco del día anterior  me había mandando a hacer y reconfortada por algunos amigos que juraban que este asunto era solo de esperar unos dos o tres días y para otros más optimistas… cuestión de horas!!  

Ese dinero que tenía destinado para asuntos urgentes de esa semana  aun no ha sido devuelto por la institución financiera.  Me he comportado como una buena paciente en espera de que por primera vez en  un ejercicio de servicio al cliente de una empresa dominicana, al cliente le sea respondida una reclamación sin la necesidad de “regarse” o de acudir a insultos por negligencias. 

Ayer día martes,  después de agotado el tiempo máximo que la joven me informó que se tomarían para resolver este caso,  me decidí a llamar a Teleservicios para conocer el estatus de mi reclamo, y vaya oh sorpresa…! 

Luego de responder el cuestionario de preguntas que  por “seguridad” somos invitados a contestar…La representante requirió el número del reclamo dos veces como para reconfirmar algo que no le cuadraba… 

Al final, seguro que después de rezado un "Padre Nuestro" o haber pensado en su interior en un "Tierra Trágame", se decidió en sincerarse y decirme lo siguiente: “Señora…dice el reporte que tengo aquí que usted debe pasar nuevamente por la oficina a completar el reclamo ya que faltaron datos por llenar….”   

OMG!!!... Ya se imaginarán como iba cambiando mi semblante, verdad???   

Tranquilos... Soy consciente de que la chica no tenía la culpa, así que sólo atiné a preguntar:   Y cómo rayos se supone que lo iba a saber??

 Nuevamente, tomé mi hora de almuerzo para regresar al banco…  y ya les contaré como me fue… 

Esta historia continuará…  
 ♥

1 comentario:

Anónimo dijo...

amiga he pasado lo mismo con otra institucion desde el día de ayer