Bajo tu sombra...

Hace mas de 20 años que estoy bajo tu sombra, lo sé, lo siento cuando me cuidas, cuando creo que voy a desmayar y de repente me elevas como paloma.

Me cobijaste en tus brazos, no ha sido excusa la ausencia para que cuidaras mi andar, pero sabes que? Nunca debiste marcharte!, pues con tu ida dejaste un barco a la deriva, un ciego sin su guía.

No puedo juzgar al Creador, pues de él son los ángeles de la tierra y los llama cuando quiere, pero sabes que? Nunca debió llamarte, pues tu misión no estaba cumplida.

Hay una parte de mí que no dejaste formada, que ni la edad, ni el camino han hecho crecer en mi vida. He pagado muy caro el no tenerte a mi lado.

Los sueños de libertad que mis pocos años envolvían, empañaron la verdad de todo lo que eras en mi vida. Mi escudo, mi maestra, mi guía y la mejor compañía.

Hubiese sido egoísta de haber preferido tenerte y sacrificar tu vida con una injusta enfermedad que consumió tu corta vida y que quebró el anhelo de ver el fruto de tus retoños nacer y arrullar entre tus tiernos brazos con aquella dulzura sublime que siempre te caracterizó y que todos de ti pretendían.

La tía querida, la buena vecina, la fiel amiga, mujer digna, compañera vital, la balanza y el equilibrio de toda una familia.

Te recuerdo y añoro volver a esos años, pues los que he vivido hasta hoy; los he pasado vacía tratando de llenar el hueco de tan necesaria presencia, apoyándome en pilares de barro, cayendo y muriendo cada día.

Aunque me consta que estás cerca, la verdad no me he suficiente, yo quiero verte otra vez. Ya han pasado muchos días y me sigue latente tu partida, se me han acumulados preguntas y consultas que debo hacerte.

Estoy bajo tu sombra, mas la luz del sol me desvanece si vas muy rápido y te mueves. Nunca debiste dejarme!, pues mi vida no ha sido vida, ha sido un rodar y rodar como un confuso laberinto o como un cruel acertijo.

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Para mi Madre, con mucho amor.
A.G.