09 noviembre, 2012

Y detrás de mi, el Sol...

La otra tarde, no me quedó de otra que apreciar desde mi espejo retrovisor el hermoso atardecer que caía a mis espaldas.

A pesar de que me tocara sólo eso, lo disfruté inmensamente como si estuviera de frente a él, como si sus rayos anaranjados chocaran con mi cara y cambiaran con su luz el color de mis ojos.

...Di gracias al cielo por el hermoso detalle.

Foto: Angela Guichardo

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