15 noviembre, 2007

En una guagua en Santo Domingo...

Aquí voy, cansada, pensativa, no ajena al dilema de cada día. Aquí estoy, después de todo tuve suerte, voy sentada. Va pasando el tiempo y aun no hay quórum pa arrancar.

Con la paciencia en su frontera, me pregunto si he cometido un error al subirme, debí esperar otra cosa. Ya me irrita la voz de fuera, Ovando!, Obras Públicas!, Seguro!...

Gente sudada me roza, todo tipo de gente, en fin, gente igual que yo, que pasa las mismas vicisitudes, tal vez con mayor trauma, pero ahí estamos todos juntos, esperando que la guagua arranque.

Cada parada se hace eterna, para el chofer y el que cobra no somos suficientes y vamos como cerdos pal matadero. Sujetándonos como podamos pa no rodar por el pasillo congestionado.

Ahora no hace tanto calor, oscurece mas rápido y todos tenemos la misma prisa por llegar. No socializo mas que con mi mente que va preguntándose si aun con todo esto no me animo a comprarme un troncomovil como el de Pedro Picapiedras.

Por fin se acerca mi destino y antes de que me lleven consigo debo enfrentar la travesía de cruzar entre hombres y mujeres que por su olor sé que ha agotado largas horas de trabajo.

Ya en la salida al acto de un capítulo de la vida real de cada día, me enfrento con el dueño de la voz que me irrita, le pago con 20 y me dice: ..."Es así, no te sobran Mi Amor…"

Sé que me está tumbando con 5, pero en los segundos que quedan me cuestiono… Vale la pena pelearse por 5? Al contrario!, debió cobrarme mas para que no lo vuelva a intentar!

Que estúpido!

2 comentarios:

Ángel Antonio dijo...

La pasaste feo de verdad en esa travesía.

Angela Guichardo dijo...

Welcome back TMAC!!

La verdad es que no es que la pasara tan mal... lo cogí a chercha.. son cosas que pasamos todos los que en algun momento tenemos que tomar el transporte público...

Cosas de mi país!