26 octubre, 2009

Y todo por la belleza!

Ayer domingo estando todavía en la cama, se me metió en la cabeza ir al salón para aprovechar que había luz y que podía hacerme un tratamiento en el pelo que hace mucho quería hacerme, pero por el problema de la energía que tenemos aquí no había sido posible ya que con la planta eléctrica el centro de belleza no ofrece ese servicio.

Vacilé por más de una hora en decidirme y hasta me reproché porque era
domingo, mi domingo! el que casi se convierte en mi único día libre porque he estado trabajando hasta ese día de la semana cuando ha sido necesario.

Al final, me animé a irme. Me bañé, me vestí (claaro) y cogí para allá con un bultico repleto de productos.

Me atendieron con prisa para ganarle la batalla a la luz y así fue, me aplicaron el famoso tratamiento y procedieron a lavarme el pelo para posteriormente secarme. Pasados unos 15 minutos…Fuá! Se fue ella, la bendita luz.

Apenas tenía dos moños acabados de secar, pero el 90% de mi cabellera continuaba mojada y estilando agua. Hicieron los ajustes de lugar para terminar de darme el servicio con la planta eléctrica. La encendieron, pero no concluyeron 10 minutos cuando el aparato comenzó a echar humo y se armó el corre corre para apagarla y no fuera a explotar la malvada esa!

Ahí estaba yo, acordándome de todas las veces que pensé en no ir al salón. Ahora con el “caco mojao”, tratamiento en vano y mortificada porque el lunes iba a tener que ir con el pelo alborotado a la oficina.

Después de un rato, a la dueña del salón se le ocurrió pedirle permiso a una homóloga para llevarme allá y terminar de secarme en otro salón. Tenía que caminar aproximadamente una cuadra con mi extravagante peinado, chorreando agua de la cabeza, ganchos multicolores sujetando los moñitos en que me dividieron el pelo, la toallita en la espalda y el decricaje propio de quien sale en esas fachas.

Con más pena que vergüenza me aventuré a salir así en compañía de la joven que me estaba secando y la otra que me lavó el pelo. De camino, un señor me miró y le sonreí, pero también iba atenta a todo el tránsito de la calle Pedro Livio Cedeño que estaba bastante concurrido porque para colmo, a todo el mundo se le ocurrió transitar por ahí para asistir a “Caminantes por la Vida” que se celebró justo ese día.

Iba con la mente ocupada porque de verdad que me era incomodísimo salir así, hasta que mi mente volvió en sí cuando alguien me gritó de lejos: ¡¡Ana María, Ana María!! (yo en realidad me llamo Angela María)… ¡Ana María! ¡Ana María! Te estuve buscando por tu casa!! y se me lanzó arriba y me abrazó tan fuerte como el trata de subirse al “Palo Encebao” en tiempo de Patronales.

Se trataba nada mas y nada menos que de una loca, con cara de crímen, hija de una señora vecina mía que por causa de la mala vida, drogas y alcohol anda toda borracha, mal oliente, sudaba y desaliñada por las calles, y que cada vez que se da sus petacazos arranca para el barrio a buscar cuartos para la bebida.

Ahí estaba yo, en la cuadra más larga de mi vida! Con una loca enganchá de mi, fumigándome con un Tufo de romo malo, gritándome que me quería mucho y queriéndome partir el corazón recordándome a mi madre fallecida.

No se cuantos ojos nos miraban porque la fatal no se resistía a soltarme por nada, ni siquiera cuando una de las muchachas trató de separarme de ella tirándome del brazo, pero ella la amenazó diciéndole que no me pusiera las manos. Que vaina! Todo un escándalo en medio de la calle!... Nada más a mi o a Guido Gil nos pueden pasar estas vainas!

Le ordené enérgica y consecutivamente que me soltara y me dejar ir, con la sangre que ya me ardía y la angustia de que mientras más trataba de zafarme, la loca mas gritaba y mas me apretaba. No hay cosa que tenga mas fuerza que un malvao loco!

Decidí a toda costa seguir caminando con mi loca abrazada de mí casi arrastrándola, sintiendo su sudor y constatando cada uno de los días que no se había dado un baño. Le propuse que pasara por mi casa mas tarde que le guardaría algo, pero no quiso. Llegamos al otro salón y se metió allí en contra de la voluntad de la dueña, y entre los demás clientes se coló, se abrió un espacio en un mueble y se instaló en la salita de espera.

Yo, con cara de mortificación y rabia, y ella pendiente de la muchacha que comenzaba a secarme el pelo. Cuando veía que me halaban, le gritaba: ¡Cuidado! ¡No la hales!!... y la pobre chica se moría de miedo. Ella volvía e insistía… ¡No la quemes!! ¡Ve despacio!, Ten cuidado!, etc... Que momento señores!.

En su idilio con su supuesta locura me hablaba fuerte como haciéndome un chiste y se sonreía sola, sacó una botella con no se sabe que cosa y se embicó de ella, la guardó y volvió a vigilar el trabajo de la chica.

Saqué dinero de mi bolsillo y le dije que se acercara. Me hizo un show dizque que no quería nada. Insistiendo con que me quería mucho, me pasaba sus mugrientas manos por la cabeza y con lágrimas o sudor en los ojos me repetía.. “Ana María”, “Ana María “La más chiquita, la más chiquita” (Refiriéndose a que yo era la hija mas joven de mi madre)…

La amenacé casi para que tomara el dinero y se fuera, le pasaba el efectivo y ella ponía las manitos escurridita como los Tráficos hasta que agarró la carnada. Se despidió supuestamente “acongojada” y ‘triste” porque me dejaba y salió rápidamente cumpliendo su bien actuado propósito y tropezándose con todo hasta encontrar la puerta.

Definitivamente, debí haber escuchado mi corazón que temprano en la mañana me decía …Descansa mija, ve otro día al salón.

Ilustración:
Angela Guichardo

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7 comentarios:

Darío Martínez Batlle dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJA

Guay! Cuánto reírme! A ti te pasan las vainas más jocosas, Angie! Qué momento con la loca!

Será que ella te vio así con tu cabello vuelto un reperpero, los ganchos de colores y el chorro de agua cayendo y habrá pensado "Ah, pero eta e má loca que yo pa salir así a la calle!" y fue a felicitarte...

:D

Qué buena risa a la hora de dormir!

Preview dijo...

jajajaja ay Angelaaaaaaa! jajajaaj que locurassssss!!!
me encantó la ilustración! jajajajja

Darío Martínez Batlle dijo...

Por otra parte, te quiero pedir, please, que actualices tu blogroll, para que mi blog entre en la lista de los que ponen su más reciente post. Usa este enlace para colocarme en tu listado.

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Anónimo dijo...

jjajajajj Angeluchi q risa me dio leer este escrito, me acuerdo de yo en Bonao en la misma situacion, pero lo q mas recuerdo es q alla te secaban la parte de alante por si acaso se iba la luz y entonces si te pasaba, asi tenias un mojaito con la pollina seca, q episodio tan jocoso..

Alida

LOLA dijo...

JUAS JUAS ANGELITA...QUE RISA...Y GRACIAS POR TENER ESE GRAN HUMOR Y POR COMPARTIR ESE TIPO DE "TRAGEDIAS" QUE OTRAS NO SE ATREVERÍAN.

JUAS JUAS...ERES UN AMOR.

LOLA CIENFUEGOS

Unknown dijo...

Cuanto reirme, gracias por compartirlo. Un abrazo!!!

Guido Gil dijo...

Se te olvido poner tus manos en la cabeza y gritar "NOOOOO ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI" JAJAJAJAJA