Que sea mi vuelo lento
hacia la madurez del descontento,
de ese futuro incierto que derrota,
que limita, que amarga.
Paralízalo justo aquí en este momento
que puedo soñar y sonreír.
Que puedo correr en libertad
sin pensar en los años que enlutan.
Congela este pequeño espacio de mi tiempo
para vivirlo a plenitud y agradecer la compañía
de estas alas que se sacuden con ímpetu contra el viento.
Multiplica mi risa, mi alegría,
mis anhelos, mis años de vida.
Haz eterno este episodio cada día.
Dedicado a todos los niños del mundo porque ellos merecen vivir cada etapa con alegría y esperanza.
1 comentario:
Hola, Angie...
Hermosos versos, son toda una oración por la vida y por los momentos de alegría que vivimos cada día, en especial por la felicidad de los niños.
Abrazos.
Publicar un comentario