
Me deleitaba al verlo vestido con su uniforme, con una gran mochila en su espalda con apenas un solo cuaderno quizás, y una loncherita que muy bien atesoraba llena de galletas, picaderitas y jugo.
El tiempo voló tan deprisa que la fecha de su graduación me sorprendió sin ni siquiera digerir bien que Daniel, mi también amado hijo a sus 17 años ya se ha convertido en un nuevo Bachiller!. El sábado pasado se realizó el acto de investidura de los graduandos de CENAPEC en el aula magna de la UASD.
Lo cierto es que, no hay palabras para explicar lo que se siente en lo interno de mí ser. Ver los hijos crecer y desarrollarse tan rápido nos hace contener la respiración por instantes y solo queda dar gracias al Altísimo por proveer todo cuanto se necesita, material y espiritual para entregarles a ellos lo mejor de nosotros mismos.
Quiero felicitar y decirle una vez más a Danny lo orgullosa que me siento de él. Congratulaciones por este nuevo reto cumplido y aunque aún falta MUCHO camino por recorrer, deseo que NUNCA te falten los proyectos SIEMPRE conocidos delante de Dios para que El se encargue de bendecir tu vida y tus anhelos y te regale suavizar el suelo por donde tus pies de muchacho ejemplar y de fe, irán dejando las huellas que otros habrán de imitar.
Felicidades hijo querido, MUCHOS EXITOS en el próximo paso que papá Dios te tenga guardado.
Te amo!
♥
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