31 marzo, 2011

Waka, Wákala!

Definitivamente, una buena estrategia de publicidad puede hacer que hasta una mala bebedora como yo compre y hasta deguste un shock de café con aceite de ricino, que es sin lugar a dudas el trago más terrible que mi paladar haya registrado jamás, gracias a los remedios caseros que preparaban mi abuela y mi madre en los tiempos de mi niñez y que "por amor" me hacían tomar sin opción a sublevarme porque eso podría traer como consecuencia un doble servicio de la pócima.

Hago una comparación de este tema por la magnífica promoción que tuvo el Tour Sale el Sol a lo largo de unos meses. Es un mensaje que con tanta insistencia logra insertarse y hasta te alquila una parte del cerebro donde se instala sin tu saberlo hasta que reaccionas ya cuando te encuentras sentado en uno de los polvorientos asientos de las gradas del estadio.

Tenía la curiosidad de ver el desenvolvimiento de esta nueva Shakira tan aplaudida y crecida en la escena. Con una carrera envidiable para cualquiera que sueñe con la fama. Una mujer muy completa, músico, compositora, trabajadora y con un corazón sensible de los más necesitados que al parecer para ella, el dolor no le es ajeno.
Una artista de quien una amiga hace unos años me regalo un cd que nadie escuchaba en su casa, su famoso álbum “Dónde están los ladrones” y que luego de acostumbrarme a oírlo me gustó tanto que ya sabía cada una de sus letras y el orden en que sonaban cada uno de los temas.

Esta vez decidí olvidar el disgusto que pase en una ocasión en la cual ella se presentaría por primera vez en el Estadio Quisqueya, aun cuando ni siquiera le asomaba el adjetivo de “diva”. Tuve que abandonar al igual que el resto de los presentes la fila que nos daría la entrada al recinto porque a última hora, el mismo empresario que siempre la trae al país, canceló de buenas a primera el espectáculo.

Tiempo después el show volvió a programarse y la experiencia fue menos frustrante que la de anoche a la cual finalmente tomé la errada decisión de ir a última hora. No concluiré con que TODO fue malo porque tuvo sus aciertos. Ha sido el segundo concierto (primero el de Chayanne y Marc Anthony el pasado sábado) en los que he tenido fácil acceso y hasta recibí la cortesía de una chica de seguridad que amablemente me hizo algunas recomendaciones.

El público era escaso a eso de pocos minutos para la siete que fue cuando entramos. Escogimos lugares muy buenos en las gradas este. Me sentía como en VIP, un chin más lejos si, pero desenfundando solo seiscientos, sentadita y sin molote de gente delante.

Alcancé a ver al popular “Secreto”, no voy referirme mucho a él porque siendo sincera su género no me provoca ni un solo comentario agradable, pero respeto los gustos ajenos. Me sentí contenta de ver al ex de Calor Urbano, Vicente García un chico con mucho talento y no dudo que con bastante proyección.

Como nota obligada debo aprovechar para externar mi inconformidad con el publico nacional porque a veces solemos desmeritar a nuestros jóvenes artistas por ser pocos conocidos, y no me refiero a los que se la buscan en esto, ni a los que gracias a improperios y vulgaridades la suerte les ha hecho colarse en los escenarios y en los medios ayudando a que los jóvenes que antes tenían la tarea de imitar los valores aprendidos en casa, las acciones de nuestros padres libertadores vayan a la misma velocidad de declive en la cual se hunde nuestra sociedad.

La participación de Ilegales fue tan amena como la última vez que disfruté de ellos. Canciones con ritmos y letras ya muy conocidas por todos el público que no dejó de corearlas y bailarlas. Luego de que Vladimil Dotel y su grupo agotaran su presentación, comenzaron a reacondicionar el escenario para el próximo “artista” que subiría a entretener al público, el bien llamado Pitbull o a lo mejor se me enojan los de ese pedigrí.

No les niego que me reí al conocer por primera vez al exponente cubano americano. Me dio la impresión de estar viendo un episodio de “Fever Night” o una marioneta manipulada sin coordinación. Un extraño swing, pero con muchísima gracia para provocar mi risa aunque también, dueño de letras y de un mensaje tan vulgar y ofensivo como para no desear volver a verlo.

Esperábamos la estrella de la noche, pero juro que en algún momento pensé que el concierto se trataba más del Pitbull malcriado que de la propia colombiana. Veía una participación interminable del títere, del cual tampoco puedo negarle la influencia y conexión que lamentablemente existía entre él y la mayoría de los espectadores.
Finalizada la grosería y las ofensas, el apodado presentador “Lechuga” anunció la presentación en breve de Shakira y parecía ser verdad, puesto que un equipo de hombres grandes y en bermudas comenzó a montar los instrumentos y todo el aparataje que conllevaba la intervención de la súper famosa Loba.

Luego desaparecieron todos y con ellos las luces del escenario y las pantallas mini gigantes que habían funcionado bien toda la tarde se apagaron. La música de fondo que supone debe entretener a la audiencia mientras se espera, se terminó y volvió a repetirse por sí sola haciendo más difícil e inquietante el prolongado tiempo. Tortura que el público aprovechó para desahogarse y castigar la producción con unos bien apoyados y contagiantes abucheos y con frases tales como: “Que abuso” coreadas sin fin hasta que llegara a oídos de la artista y su productor.

No sigo a Shakira en su cuenta de Twitter, pero soy testigo de que otros que si la siguen, colocaron mensajes de inconformidad por su retrasada y tardía salida a escena. Las niñas y niños que asistieron al concierto en compañía de sus padres, arrastrados por la música de la artista tuvieron que aguantar la larga espera. En en otros casos, se marcharon sin ver a su estrella, pues muchos de ellos al igual que a sus padres, les aguardaba un siguiente día de faenas cotidianas, normales de un jueves laborable.

La Shaki se encontró finalmente con un público que quiso sin mucho éxito olvidar el mal rato. Recibieron a la Barranquillera con un cierto entusiasmo, deseando que su actuación superara todas las dificultades a las que le fueron sometidos durante esas casi dos horas de bache.

En sus temas mas conocidos los fans reaccionaron con efusivos aplausos , otros no corrieron con igual respaldo. Vi una artista que se mueve bien, que es dueña de una figura la cual balancea a su antojo, con unos movimientos eróticos propios del famoso baile del vientre que ella domina a plenitud y con mucha gracia. Sin embargo, también vi una artista por llamarlo de alguna forma, tímida y con un breve discurso débil y desgastado ante los mas de cuarenta mil personas que se reunieron a verla. La sentí obligada a abusar del vaivén de sus caderas en todas y cada una de sus canciones para provocar la interacción con los presentes.

En conclusión, pareció que aun con todo eso de que “Las Caderas no mienten”, su show no logró superar el kille, el desgaste y malhumor de la gente con la producción. El público no olvidó por completo del Waka Waka de abuso y desconsideraciones por la hora que concluyó el concierto debido al retraso. Una noche desafortunada para la imagen de la artista, una lección para los dominicanos para que aprendamos a exigir ser respetados.

Yo soy loca no con mi tígre, sino con algunas canciones de Shakira y considero particularmente que a la hora de repartición de gracia, belleza y dones, papá se desbordó con ella. Es una de esas mujeres de quienes algunas de nosotras (me incluyo) quisiéramos tener aunque sea un chin de sus atributos físicos y destrezas…contrario a caerme mal, me cae muy bien, pero definitivamente ayer miércoles 30 de marzo no fue su mejor noche en la capital quisqueyana, aunque le hicieran creer lo contrario.
Imagino que para cuando Shakira regrese a una nueva presentación en el país de la mano de su empresario local, ya habremos vivido otras amargas experiencias que minimizarán la ridiculez de anoche.


4 comentarios:

Timoteo Estévez dijo...

Mierquina y tan malo fue? uuuf, que tremenda critica. Tremendisima!

Raul Bentances. dijo...

Gracias a Dios que Shakira al hombre que le guta esa musica e pajaro, ta buena shakira pero no su musica, #fail, concierto de Shit! Que bueno que no fui al Po,plo,fetival
1 Bonito blog!

Leonardo dijo...

Eso siempre para mi ha sido una mier...

Darío Martínez Batlle dijo...

Tengo prácticamente las mismas opiniones que tú, Angie. Mi post al respecto y el tuyo, pareciera que los escribimos al unísino. para mí, Shakira murió con flores. Y George Nader no se junta con medio peso mío más nunca.