Estas son algunas de las fotos que tomé durante mi estadía en Santiago. Dios nos regaló todos los días un atardecer precioso. Luego llegaba la luna y se adueñaba de aquel maravilloso escenario,La Noche.
Fueron unos días maravillosos, tranquilos y ajenos a todo el alboroto de los excesos de la gente que aprovecha esta semana mayor para querer llevarse el mundo por delante.
Me fui con la seguridad y la confianza puesta en Dios de que regresaría a casa sana y salva porque las bebidas alcohólicas, las playas y los ríos no son parte de nuestras opciones en estas fechas.
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