Dios te Bendiga Luismi!!!

Que privilegio cuando Dios nos da talento para compartirlo con los demás o hacer de esto nuestro modo de supervivencia y manutención.

Dios bendiga tu voz Luismi porque eso de cantar tantas canciones bien afinado y cada una con la intensidad como si fuera la primera es un regalo maravilloso que el creador dejó en ti.

Tremendo concierto, me gustó y como todas las cosas buenas nos parecen pocas, quedé con todas las ganas de seguir admirando a este hombre tan lindo! Dios, que lindo! que lindo! que lindo! guuuuuaaay!

El concierto estaba programado para las 8:30pm, no fue sino una hora mas tarde cuando en realidad comenzó, venía desde La Romana y de seguro lo trajeron por aire aunque para llegar al estadio arribó en una todo terreno la cual al hacer su entrada, activó los ánimos impacientes de las miles de personas que se dieron cita.

El Olímpico no estaba lleno a toda capacidad, solo se dispuso de la mitad del mismo, el cual si estaba repleto de fans. Lamenté no llevar mi cámara, pero tanto la gente como la prensa hicieron muchas advertencias de que no serían permitidas y me dejé sugestionar por los avisos, así que para no tener que devolverme si me la encontraban decidí dejarla y guardar los recuerdos en mi memoria.

Que pique cuando vi que pudo ser muy fácil acceder con ella porque al final no estaban revisando mucho. Que fallo no llevarla conmigo!

Nos gozamos la noche y las canciones del Sol, admiramos su gracia, sus dotes de gran cantor y Dios...la belleza de ese hombre! Salió al escenario super elegante con traje negro y corbata negra, luego la cambió por una chaqueta blanca que lo hacía lucir radiante y hermoso. Para unos minutos mas tarde eligió un saco negro o azul aterciopelado y finalmente apareció para complacer al público que solicitaba otra canción luego de despedirse, con una camisa negra que terminó por convencerme de que ese muchacho fue mucho mas que bendecido!

Contrario a todo lo que se inventa de los artista, falso o cierto... Luis Miguel estuvo contento, muy simpático y sonriente toda la noche, habló poco, pero suficiente.

Haciendo una justa reflexión después de verlo, concluyo sosteniendo que cuando se presenta un artista cuya voz e imagen lo llena todo, una no extraña bailarines ni muchas musarañas en el escenario.