19 junio, 2010

I gotta feeling...


Hace unos días me encontraba en una fiesta y entre el compartir agradable y la festividad de la noche iban llegando también los amigos que faltaban.

Después un buen rato, llegó con otro de mis compañeros, uno de los personajes con el que he hecho más liga en el grupo y en las oportunidades que nos hemos juntado, hemos relajado, conversado del tema que nos une y en fin, nos hemos reído de cualquier cosa.

Esta vez nos saludamos con el mismo aprecio y muy contentos de vernos de nuevo. Compartimos un ratito y luego nos separamos atendiendo al ambiente de la fiesta y no nos volvimos a ver.

Avanzada la noche, luego de varias bailadas, carcajadas y fotos, volví a ver a mi amigo desde el rincón donde me encontraba. Me paré de allí para hacerle compañía y para preguntarle dónde se había metido. Como en una odisea atravesé todo el salón con cuidado para no ser golpeada por la multitud que alborotada brincaba y bailaba al ritmo de “I gotta feeling”.

Al llegar hasta al bar donde estaba mi amigo, le abrí los brazos sonriendo y le digo:
“¡Fulano!(me guardo el nombre) Pero, por Dios! No te me pierdas! Por dónde andabas?”

Mi amigo me mira con cara media seria y me “responde” señalando con el dedo índice….”Ella es mi esposa, te la presento!”

Yo me quedé fría cuando vi la cara de confusión de la señora por la bulla con la que le había reclamado a su marido…

Inmediatamente, y con ganas de salir del charco donde yo misma me había metido le dije: “Un placer señora! Bienvenida al grupo, espero que la pase bien con nosotros!!!”

No recuerdo como volví a parar a mi asiento. Que VER-GUEN-ZA!

Después de ese episodio me pasé toda la noche riéndome de mi misma y pensando en los Ooops! Y las metidas de patas que sólo a mi me pasan!


Ilustración: Angela Guichardo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue de sabrosha jajajjajaa!



@Sandra P.

Anónimo dijo...

Los Celos, benditos celos...

Saludos.