16 agosto, 2012

No, ni, no, ni....



No hay renuncia valedera  a tus besos navegantes;
Ni a las dulces venganzas con sabor a Leche Condensada y Chinola.
No se deja  una vida de dos a la deriva;
Ni las letras, ni los mensajes, ni  esta insólita necesidad de soñarte.



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