
Era un hecho que pronto su débil cuerpo envejecido sería un escombro más de todo cuanto alcanzaba el feroz caudal. La lluvia era fría y el abrazo a esas ramas era menos apegado por el cansancio.
Creyó que no había esperanza, y para burlar la hazaña que el río le ganaba, concluyó diciéndole con tono irónico y jocoso: Gran "cosa" lleva el Yuna!
:-)
(En memoria de mi Tío Tatí que tanto nos hizo reír al contarnos esta historia. Libró muchas batallas además de ésta cuando el peligroso Río Yuna se lo llevaba. Hace unos años, su corazón se rindió ante un infarto. E.P.D.)
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