19 septiembre, 2009

"La Coach"...

Hace poco menos de tres años, asistimos a un entrenamiento del cual nos creamos muchas expectativas por lo novedoso que aparentaba ser y especialmente porque éste se desarrollaría en un exclusivo club de golf de la zona Este.

El objetivo del curso no era más que el de reforzar la importancia del trabajo en equipo que deben adoptar las empresas en todo momento o en una situación determinada para salir airosos de las metas trazadas. Nada fuera de lo común, nadie ha vuelto a descubrir a América por eso…

“La Coach”, como hizo llamarse la entrenadora, dueña además del centro de capacitación, era quien dirigía el grupo. Planteaba las tareas a realizar, casi todas al aire libre con unas condiciones climáticas infernales como es nuestro despiadado sol en tiempo de verano, bueno…todo el año.

Por su vestimenta, mi mente comenzó a imaginar estar hurgando las peligrosas selvas del África o que iríamos de safari, tendríamos encuentros con Leones y daríamos de comer a las Jirafas. El atuendo, aunque un poco más elegante que el de los Cazadores, incluía el par de botas, ropa clara y ligera, y para completar, en uno de sus bolsillos llevaba una caja de Marlboro.

Entrados en materia, la teoría parecía estar clara, pero cuando íbamos a la práctica, había mucha duda en cuanto a saber que era lo que debíamos lograr y cuales conclusiones satisfactorias aprenderíamos de esa X tarea. En adición, connotaba la falta de organización y pre ensayo de parte de su pequeño equipo o colaboradores.

“La Coach” no parecía dominar en su totalidad el tema, creo que le hacía falta un poco de “muela”, “bulto”, que se yo…algo que la hiciera salir bien de los “baches”. Cuando no tenía la respuesta de alguna alternativa o solución se escudaba diciendo que ella era “La Coach”, eso no era lo malo sino que así fue pasando el día, las actividades y la única conclusión que sacamos es que ella era “La Coach”.

Caló tanto su respuesta y expresión, que a veces cuando estoy o estamos muy cargados de trabajo (como todo el año), decimos: Cuanto quisiera ser la coach!

Ser “La Coach” obviamente tiene sus responsabilidades, tal vez más que su propio equipo porque este se ajusta a la planificación del primero. Si el equipo fracasa, el fracaso se adjudica al líder por no tomar las medidas de lugar cuando era necesario o por no tener una visión mas abierta de a quienes dirige y para qué.

Ser “Coach” no es solo ocupar un lugar, ganar un jugoso salario, vestir bien, y preguntar si todo esta Ok. Este puesto no consiste en delegar todas sus funciones para sacar ventaja de ser el coach. Lo que menos se espera de éste es ahogarse cuando necesitamos salir a flote, ni titubear en las soluciones cuando se buscan en su nivel.

En muchas ocasiones es cómodo ser “La Coach”, pero reitero, tiene sus riesgos y algunos de estos podrían ser: Ser reemplazado, etiquetado por sus subalternos, o simplemente no volver a vender sus servicios en nuestra empresa como le pasó a nuestra inolvidable: “La Coach”.

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