24 febrero, 2009

Perdida y no en Paris...

La primera vez que visité los Estados Unidos me quedé en la casa de uno de mis dos hermanos que residen allá en el estado de Connecticut, específicamente.

A los dos días de llegar ya había dado unas cuantas vueltas por el entorno y una que otra visita a la casa de la familia de mis cuñadas.

Una mañana Betty me dijo que la acompañara a devolver el vehiculo que había rentado para irme a buscar al aeropuerto a lo que yo con mucho gusto acepté dicha invitación porque lo más que quiere una al estar de vacaciones en un lugar desconocido es precisamente salir a conocer.

Lo que menos esperaba es que esta vez NO me tocaría ir en el asiento de Co-Piloto al lado de mi cuñada sino que la propuesta era para que YO manejara el carro alquilado y que la siguiera todo el camino hasta llegar al Rent Car.

De inmediato mis piernas empezaron a fallarme, temblorosas y descontroladas, y le dije a Betty que no sabía si podía hacer eso porque aunque suelo tener mi licencia vigente, mi habilidad de conducir había quedado obsoleta por la falta de práctica, sumándole el ingrediente de que estaba en un lugar extraño y con unas reglas y leyes de tránsito que se cumplen a cabalidad en caso de cualquier violación a las mismas.

Luego de mucho hablar con afán de convencimiento, casi dándome una charla motivacional, de optimismo y valentía no me quedó mas remedio que hacer lo que la esposa de mi hermano me había solicitado.

Emprendimos nuestro viaje el cual al principio me pareció sumamente placentero por la comodidad del vehículo automático (yo solo había manejado de cambios o estándar), las calles amplias y el poco tránsito, todo el mundo por su vía, sin bocinas ni tapones.

Todo iba bien, hasta tenía tiempo de mirar el alrededor, la frescura del mes de Septiembre, la belleza de las flores, el verdor de la naturaleza, las casas hermosas, todo limpio y como nuevo, hasta que… Sasss!!! …Perdí de vista a mi cuñada! Oh My God!!! No era para menos estando en los “States”…así mismo dije en inglés… Oh my god!!! Dónde diantres se había metido Betty??!!!

Ahí volvieron mis piernas a temblar, no lograba un balance entre localizar a Betty en la carretera y estar pendiente del tráfico que se agudizaba porque ya estábamos en otra zona de más movimiento.

Empecé a escuchar las bocinas de los conductores que se quejaban de mi inestabilidad en las vías. Con suerte pude identificar parte del camino de la ruta que ya había recorrido días antes para visitar a los abuelos de Betty. Casi por instinto llegué a un lugar que me parecía conocido y decidí parquear el carro y hacer una llamada por un teléfono público.

Me comuniqué con mi hermano Bernardo quien contestó el teléfono casi durmiendo porque era de mañana. Le cuento mi odisea con voz temblorosa y le dije en lugar donde me encontraba con la intención de que saliera en bola de humo a recogerme…

Mi hermano con su acostumbrada calma y aun disfrutando los brazos de Morfeo me contesta diciendo:

“Ah si, se donde estas!...”
Yo, respiré con alivio…volviendo la calma a mi corazón y diciéndome… “Estoy a salvo!” y de inmediato le explico exactamente mi ubicación.

Casi me muero cuando mi hermano retoma el diálogo para decirme que tome el auto nuevamente y conduzca hacia equis dirección y que en la primera calle doblara a la izquierda…

Ahora puedo contarles con exactitud lo que mi hermano me dijo esa vez, pero en ese momento mi admiración y pánico fue tan grande por la reacción tan tranquila de mi brother que mis oídos y mi concentración no me permitieron estar atenta a lo que decía y solo me atreví a contestar en medio del shock… “Si, entendido.”

Colgué el teléfono muy decepcionada pensando que a lo mejor era demasiado bruta por no haber entendido ni M, demasiado distraída por no haber puesto atención a lo que dijo mi hermano o demasiado exagerada al pensar que a mi hermano no le importaba si me perdía para siempre…

Tomé asustada el volante y me dirigí hacia el lugar que creí escuchar, pero avanzados unos metros nunca vi. la calle donde estaba supuesta a doblar y de ahí en adelante comenzó mi verdadero pesar porque entre el miedo, los frenos y el acelerador me llevaron a tomar el Highway… Se imaginan? El Highway (para los que no saben) es como coger la autopista Duarte, o Las Américas, pero con unos cinco carriles, muchos carros a alta velocidad y con escasas oportunidades para devolverse…

No quieran ustedes imaginarse a esta jovencita (en ese tiempo) perdida en un Highway, con los nervios de punta, sin licencia americana, solo con la dominicana que según me habían dicho valía, por mi condición de turista. Por ignorancia iba a paso de tortuga en el carril que se acostumbra a manejar mas rápido, sin entenderlo escuchaba el insistente repique de las bocinas para que aumentara la velocidad, lo cual interpretaba como un gesto de mala educación y luego uno que otro conductor al rebasarme me enseñaba el solo dedo mayor de su mano izquierda…

Estaba tan entrada en pánico que no sabía que era lo peor que pudiera pasarme, que apareciera un policía para que me detuviera, que se me acabara la gasolina en medio de mi incierto camino, que me pusieran una multa por o en el peor de los casos que provocara un accidente.

Después de haber recorrido unos cuantos kilómetros, pensé honestamente que llegaría a Nueva York, aunque para ser sincera no tenía la menor idea de por donde diablos iba y menos teniendo de paisaje solo muchos carros y una gran vegetación.

Decidí tomar una de las llamadas “Salidas”, luego de que con precaución pudiera moverme del carril que empecé hasta orillarme tratando de no alejarme de Waterbury, mucho mas de lo que ya estaba.

A partir de ahí me enfoqué en buscar un teléfono para llamar de nuevo a mi hermano que por la hora si debió estar preocupado al no verme llegar y sin saber mas nada de mi después de que hablamos.

Me estacioné de manera improvisada al frente de un negocio y me encontré con el dependiente de éste, un hombre muy mayor, blanco y con su cabeza cubierta de canas. Le pedí que me permitiera hacer una llamada, pero se rehusó y me indicó donde podía encontrar un teléfono. No me ayudaban ni el poco inglés que dominaba, ni mucho menos los nervios por lo que no comprendí ni un pito el lenguaje del mister.

Me fui y retomé mi increíble aventura y el próximo lugar a detenerme fue una estación de gasolina. Me quedé sentada por unos minutos con el carro apagado para respirar profundo y rezar, le pedí a todos los Santos, a Dios y a mi madre que nunca me abandonaran.

Entré a lo que sería un “Food Shop” compré un mapa que daba casi de frente a la cajera y al pagar, le pregunté si podían dejarme usar el teléfono. Tampoco hubo disponibilidad de aquella gente, no me dejaron usar el aparato. Ya había escuchado hablar de la ”frialdad ” y el poco sentido de empatía y de ponerse en el lugar del otro que caracterizaba a la mayoría de los americanos.

Salí y compré gasolina para evitar quedarme por falta de esta en el camino porque ya era de tarde. Le pregunté a un empleado de la Bomba donde podía conseguir un teléfono público (para ese año no había celulares como los hay ahora), me señalo hacía la derecha y allá frío, solo y medio viejo se encontraba mi salvador… Me dije pensando como residente Dominicana… “Este que está como abandonado a lo mejor ni sirve!”

Al levantar el puño, escuché el tono de que sí estaba en servicio y de inmediato saqué mi agenda, puse unos cuantos centavos y llamé de nuevo a mi hermano quien ya estaba mas despierto que un cocodrilo, y esta vez con voz preocupada e impaciente me preguntó:

-“Dónde Estás???”

-No, sé…le dije… Miré a mi alrededor y justo detrás de mi llegaba un señor que deseaba usar el teléfono y le pregunté…

-“Señor, Cómo se llama este lugar???”
-“Nágato” (Así sonó)… me contestó..

Mi hermano escuchó cuando el hombre respondió y al yo regresar al teléfono, solo escuché el grito de exclamación de Bernardo que decía: ¡NAGATO!...

Me imaginé al instante que no era una buena noticia…

El intentó dirigirme de nuevo, esta vez con mas incertidumbre porque era mucho mas camino que recorrer. Ni siquiera me hice ilusión de que él viniera por mi porque si no lo hizo a pocos metros de su casa, pues mucho menos en ese momento en que de verdad me encontraba BIEN LEJOS de su casa!

El hombre que esperaba detrás de mi se dio cuenta de que estaba perdida y como todo Latino de buena fe (para ese entonces) se ofreció a ayudarme, habló con mi hermano y éste le indicó hacía donde debía dirigirme.

Luego de acordarlo todo con mi brother y de que el señor realizara su llamada, abordé el carro y salí detrás del vehículo del hombre esta vez más atenta y alentada por sus palabras de aliento de que pronto estaría reunida con mi familia.

Conducimos por espacio de unos largos minutos, no por el odiado Highway sino dentro de la ciudad, respetando cada señalización y haciendo las debidas paradas en los Stops.

Arribamos por fin a Waterbury y en la distancia, cerca de una estación de un viejo tren se encontraba medio impaciente mi hermano y con una media sonrisa en sus labios. Di gracias a Dios por volverlo a ver y casi beso al señor por el gran favor que nos hizo!

Regresamos a la casa y de inmediato empezó a sonar el teléfono, TODO el mundo preguntando… “Llegó la muchacha????”

9 comentarios:

Guido Gil Buonpensiere dijo...

A mi me paso en Florida, de noche y borracho... jajjajaa


ESTO NO ME PUEDE ESTAR PASANDO A MI

:)

~*~* Roxx ~*~*~ dijo...

Yo entro en tu mundo cada vez que leo tus vivencias !!

Caray Angie !! En el highway , me imagino el susto!!!

Yo gracias a DIOS tengo un buen sentido de orientación , me he perdido poco.

Un saludo afectuoso !

Roxx

Sandra dijo...

Jooojojo! Ay Sis! en eso nos parecemos, yo siempre ando en belén con los pastores..Jajaja.

Tengo muy " buenos y gratos recuerdos" de una perdida que me dí en Chinlangolandia( México) jajaja...Dios! que susto pasé, pero nada que al final del día no se pudo solucionar.

Love u sis! recuerde que usted y yo tenemos un compromiso. :)

Anónimo dijo...

JAjajaja Diantre Angie....jajajaja

¡NAGATO!.. jajajajaja

Yo vivo cerquita de naugatuck, cojiste la ruta 8 jajajaja, no he parado de reirme, estoy malo jajajaja. Aqui esta el mapa por si vienes y te pierdes de nuevo jajaja

http://maps.google.com/maps?hl=en&client=firefox-a&channel=s&rls=org.mozilla:en-US:official&hs=xTr&ei=xDynSZ-NGdCCtwf_xaznDw&resnum=1&q=naugatuck&um=1&ie=UTF-8&split=0&gl=us&ei=yTynSajmGdWDtweSsMT1Dw&sa=X&oi=geocode_result&resnum=1&ct=image

Yo vivo en Beacon Falls, jajaja

Besos preciosa!!!!

Muñequitas Angie dijo...

Guido, por eso es que te digo que deje la bebida, caray! jajaja

Roxx, que bueno saber que al leer mis vivencias puedes entrar en ellas y hasta sentirlas.

Te cuento que soy malisima para las direcciones y me puedo perder muy facil!

Alex,
Te di mil vueltas por mi cabeza a ver si te conocía y creo que no. De todos modos, mucho gusto y te agradezco tu visita y tu comentario en mi blog.

NO me acordé como se escribía el nombre de la ciudad, wow! ahora que lo escribes correctamente me vienen a la memoria todas la veces que lo leí mientras transitaba por allí, perdida y mas asustada que un chivo.

Un abrazo! y gracias de nuevo.

Anónimo dijo...

Dios que ingrata es la vida :(
Ya no se acuerdan de uno, ni porque dije que vivia cerca de Waterbury, no,no,no puede ser que me hayas sacado de tu vida, si los puentes que estan cerca tuvieran algo de agua abajo me tiraria, pero lo que tiene es Asfalto y eso da duro. De todos modo aqui te dejo mi nombre a ver si por casualidad te acuerdas.....

Alejandro Redondo Alias ALMANAKE

Dios!!! esta vida si es injusta caray...!!!!!

Me cortaré las venas con una galletita de soda.......:(

Angela Guichardo dijo...

La que te va a oortar el cocote y no precisamente con una galletica de soda soy yo a ti!

Y que es eso de "Alex" o pero ven aca... Cuando yo le he dicho "Alex" a usted, carajo!

No me olvido de ti Alejandro, tu sabes que soy de reacción tardía, llévame al paso...jajaja
Gracias querido por tus comentarios, sabes que te quiero mucho y gracias por visitarme.
Un abrazo!

Angela Guichardo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Angie...

My buena tu aventura, me entretuve un buen rato leyendo toda la historia.

Un abrazo.