Como para no vivirlo...

Una noche, tan cercana como decir la semana pasada... dormía profundamente, ajena a todo, desconectada, inconsciente, lejos de todo y de todos…

Debí estar un poco incómoda, mi espalda demandó adoptar otra posición para reposar mi cuerpo sobre el lado derecho, pero al intentarlo…moví mis sábanas y mi pierna izquierda quedó al descubierto y de repente sentí rozar con mi pie la rodilla peluda de alguien…

Me espanté instantáneamente, me senté…pero de inmediato quien estaba allí a mi lado sin saberlo, se levantó y echó a un lado sus sábanas bruscamente con prisa para que no pudiera verle…

Me asusté y cuando quise ver, fue tan rápido su movimiento que su energía calurosa y envolvente se apoderó de mi cuerpo y lo dejó sin movimiento…solo sentía la sensación deliberada y desesperante de querer correr de allí, pero era en vano…tampoco veía… creí que había vuelto para atrás la miopía y el astigmatismo que me operé hace ya 4 o 5 años…

Restregué mis ojos y se nublaron mas, gritaba mas no me oía, nadie conocía mi desesperación, estaba sola en ese mundo, sin héroes para salvarme. Mi cabeza me presionaba y aquello que de pronto huyó de mi cama había dejado una estela de oscuridad y terror que horrorizaba, seguía allí, lo sabía…lo sentía…

De pronto, recuperé a medias la movilidad de mis piernas y en cuanto pude, aun ciega y en absoluta oscuridad… corrí torpemente, primero, hacía el cuarto de mis hijos, ellos dormían bien. Tentando las paredes y desesperada, llegué hasta la sala continua a su habitación y que horror!... todo estaba hacía abajo, todo era un desorden provocado!

Alguien había derribado mis muebles, mis sillas, mis adornos… una cortina se movía al compás del viento que entraba de la oscura calle. Quíen la pudo haber abierto??…No se cuando recuperé mis ojos, pero llena de miedo y angustias por mi destino de aquel instante, me aventé impulsivamente para cerrarla…

Miré, y me intrigué al ver que a pesar de la oscuridad, en la calle, todo transcurría como una “mañana” normal. Gente caminaba de Sur a Este, el delivery hacía su entrega habitual a un vecino, los empleados de la escuela que queda al frente llegaban a sus labores… pero yo, en casa, atrapada, viviendo una terrible realidad que me doblegaba y me hacía impotente.

Mi mente que por ese instante había abandonado mi cuerpo, volvió a incorporarse, regresó la maldita ceguera y sin control de mis pasos comencé a correr hasta llegar de nuevo a mi cuarto… cerré la puerta y me cubrí con sábanas todo el cuerpo, de pronto temblaba y pensaba lo peor…pero finalmente el cansancio me venció y temerosa me dormí…

Parece que fueron solo unos minutos, desperté y creo no haber sentido mi cama más cómoda antes…Abrí los ojos…y miré el entorno…Jamás vi colores mas intensos, mas brillantes, mas bellos. Nunca antes vi el día tan radiante! Todo estaba en quieta paz…la misma paz de la que me había despedido la noche anterior… Todo fue una estúpida pesadilla…