Últimamente he estado tan ocupada y tan estresada por asuntos que suelen presentarse en un trabajo como el mío que siento como si la mente se me quedara en blanco o más bien en amarillo.
Podría parecer que no me es suficiente el día para pensar y dedicarlo a todas las cosas que dejo pendiente en la oficina, no porque sea ineficiente durante las 8 o 10 horas de trabajo, sino porque es demasiado trabajo! A eso le sumamos que hay uno de mis compañeros que esta de vacaciones y entre otra empleada y yo estamos repartiéndonos las responsabilidades de esa posición también.
Los que toman decisiones en mi empresa, casualmente (diría yo), en los tiempos de más presión es cuando muchos se vuelven más creativos y una fuerza extraña los motiva a innovar, desarrollar e implementar el cambio en las tareas que se hacían de una forma y ahora las pretenden transformar en otras.
Lo ideal sería, darle forma con anticipación y ponerlas en prácticas cuando la marea esté baja y así corregir con tiempo las imperfecciones hasta que se obtenga un producto mejor acabado y al momento de su puesta en funcionamiento sea menos traumática y puedan fluir los procesos de la manera que esperamos.
Bueno, pero dentro de todas esas exigencias laborales que me han arropado a mí y sin dudas a todos mis compañeros en estos días, es cuando realmente nos damos cuenta de lo mucho que podamos dar. No es agradable escuchar palabras duras y que hasta cierto punto nos parecen injustas, pero ciertamente y sin querer ser masoquistas nos provocan a elevar la dosis de orgullo y automáticamente se presentan dos caminos: el de hundirse con pensamientos negativos y el otro que nos propone atrevernos a ser mejores y hacer que la gerencia se equivoque.
Es bueno de vez en cuando sentir un buen “jalón de orejas”, porque luego nos damos cuenta que hemos estado dormidos en la rutina y arrastrados por una misma corriente que no nos permite sacar a flote todo el potencial, que nos desgasta la energía y en consecuencia no nos motiva a usar la fuerza que llevamos dentro y lo que puediera ser peor, nos cega ante el maravilloso infinito que tenemos para crecer.
Idea Ilustración: A.Guichardo
3 comentarios:
todos crecemos amiga, todos.
pero tenemos que luchar contra el estress que eso proboca.
me gustó eso de la mente "en amarillo" lol.
Te leo Angie... te leo.
Guiiiichaaaado!!!! Mi típico Grito de guerra cuando te notaba un Poco decaída, Lastima no? Una salida inesperada la mía verdad? Dios Bendiga al autor de esa bella obra Verdad? pero me dio tiempo para ir donde mi mas bella musa de artes grafica y darle un beso de despedida, vine buscando un poco de poesía en tu blog, para inspirarme en el mío y encontré este bello ensayo que demuestra lo Profunda que eres al plasmar tus palabras ah y de camino me hiciste remembrar las faenas diarias de nuestro entorno amarillo, yo por mi parte Mutare o mejor dicho cambiare de color y haré como que tuve una bella experiencia y solo me quedare con los bellos momentos de el departamento y seguiré hacia delante, Angui muchos besos, y de ves en cuando pasare por aquí a dejarte mis comment para que no se olvide de mi……… su Gran amigo Francisco Galvan (GalvanGuzman@Hotmail.com)
Vito, asi es, con todo crecemos y batallamos para que el estres no nos encarcele.
Francis, querido! gracias por tu comentario tan lindo...wow, que linda sorpresa recibirlo.
En la vida vamos pasando páginas y cuando Dios entiende que hemos aprendido la que estamos leyendo nos hace continuar con la siguiente.
Te nos adelantaste inesperadamente, pero estoy segura que a partir de ahora se abrirán muchas puertas para que puedas avanzar hacia el infinito y entre peldaño y peldaño alcances tus metas.
Un abrazo! y pasa siempre por aquí. Déjame tu blog para mantenerme al tanto..
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