12 agosto, 2008
Lo que vi en el salón...
Ayer fui al salón y lo que se supone debió ser un momento para relajarme mientras me ponían "mas linda", salí con una angustia terrible en mi alma.
Cuando llegué a registrarme para que me atendieran, llamó poderosamente mi atención un joven que le estaban cortando el pelo. Allí no es muy frecuente ver hombres y menos un jovencito. El estaba acompañado por no sé si su madre o su hermana porque la mujer parecía joven para ser su mamá pero había una relación familiar entre los dos.
Yo estaba detenida mirando al muchacho y recordando a Luis Miguel cuando era adolescente, era muy bien parecido y me intrigaba el hecho de que estuviera allí, se notaba un poco tímido y avergonzado entre tantas mujeres arreglándose.
Yo disimuladamente los miraba a todos, a la mujer, a la estilista y al muchacho y notaba que el chico de vez en cuando hablaba pero no lo escuchaba a lo mejor por la distancia en que estaba y de inmediato empecé a percibir las miradas y sonrisas de complicidad entre la mujer y el joven, "como que te traje a ponerte lindo".
Cuando se comunicaban con él hablaban un poco alto y con gestos en las manos por lo cual me llamó aun mas la atención y con incredulidad pensé que ese muchacho tan lindo aparentemente no podía hablar, me dolió tanto, no porque fuera bonito y de clase alta como se veía, sino porque en ese chico veía la cara de mi hijo Daniel y que en algún momento corremos el riesgo de ser víctimas de algo así u otra discapacidad.
Esas lesiones no miran tu status social, ni sexo, ni raza, ni color para afectarnos. No dejaba de mirarlo y en alguna ocasión quise acercarme, pero soy muy cuidadosa y tímida para este tipo de cosas, ahora mismo la gente puede reaccionar de diferentes formas. Yo sentía tanta ternura hacía ese muchacho desconocido que me surgió un deseo inmenso de abrazarlo y decirle: "todo va a estar bien", no creo que lo necesitara porque de verdad se veía feliz y sonriente todo el tiempo.
Recordé en mis tiempo de adolescencia una novela llamada: "Amor en Silencio", donde el protagonista era mudo, pero tenía una mirada y un corazón tan dulce que le robaba el sentimiento a cualquiera.
Ellos terminaron de arreglarse y se marcharon, mis ojos y mi pensamiento quedaron con el muchacho y su discapacidad en mi cabeza y no pude aguantar mi curiosidad y le pregunté a la joven que le atendía y en efecto me dijo: Si, el tiene problemas para hablar.
Que triste.
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2 comentarios:
La verdad que da pena pero por lo menos tiene su madre k por lo k dices vela por el, cuando vemos esos casos nos damos cuenta k somos bendecidos que a veces no valoramos las cosas que Dios nos regala .Gracias Angie por compartirnos esta vivencia
Zuly
Asi es la vida, casos como ese dan pena, nada es perfecto en esta tierra.
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