19 junio, 2009

Buen día...


Hoy cuando me levanté me sentí muy extraña y repentinamente comencé a tener una sensación de tristeza y pena en el alma, sin embargo salir temprano hacia el trabajo y mirar la actividad de calle y la gente hizo desviar mi atención por otro rumbo.

Estuve un poco pesimista hoy, lo confieso. Con mucha angustia y pesar en la cabeza. El camino a mi faena me llevó a una película de pensamientos y un brevísimo pasaje de todo lo hermoso que tengo, valores preciados que no los compra el dinero.

Que pena es encontrar consuelo en el dolor ajeno. Miserable me he sentido al quejarme, pero de carne y hueso soy y eso ya es una perfecta excusa para entenderlo. Las turbulencias me hacen flaquear, me cansan, me debilitan, pero al superarlas aprendo a que por mas fuertes que sean no me destruyen.


Al llegar al ocaso de la tarde, Dios me ha dado de regalo el resumen de un día sumamente tranquilo e instructivo. Me ha enseñado una vez más, que malgastamos energía tratando de controlar lo incontrolable. Podemos hacer una gran diferencia con la actitud con la que enfrentamos lo que nos agobia, liberar la mente y empezar de cero cuantas veces sea necesario.

Que buen día tuve hoy!

3 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Angie...

Muchas veces por nuestro pesimismo nos quejamos sin que nos duela, entonces debemos comprender que somos muy afortunados de vivir como vivimos y de ser lo que somos.

Demos gracias a Dios por un día mas de vida.

Un abrazo.

Darío Martínez Batlle dijo...

La foto está tremenda! Voy a ver si me copio el concepto :D

Y sobre el post, quisiera verte más contentica... últimamente estás medio gris. Tú no tienes permiso para estar sintiéndote pesimista!

Anónimo dijo...

Espero que el finde te haya devuelto esa sonrisa única que tienes y que te encuentres superbien ;)
Saludos.
Beni.