17 julio, 2009

Del baúl de los recuerdos...

Un día de estos fui a visitar a mi hermana que tenía la casa revuelta por una remodelación que estaba haciendo en ella. Entre todas las cosas que estaban fuera de su lugar habitual, encontré unas fotos que hace mucho tiempo no veía. Eran recuerdos fotográficos de unos añitos atrás en donde la moda de los ochentas y el estilo del pelo son causas de burlas hoy en día.

Me entusiasmé al ver que éstas no solo eran de mi hermana sino que estaba toda nuestra familia. Ella de pequeña, algunos de mis hermanos, los sobrinos y mis hijos de meses y vaya Oh sorpresa… hasta yo en mi fatídica adolescencia!

Dios mío que injusto fuiste conmigo en esa época, que mal me trataste! Lo primero es que desde los trece años empecé a crecer como un pollo gringo, manila y rellenita. Con una carita de jovencita y de doña a la vez, que tragedia!

Esas fotos trajeron consigo buenos recuerdos vividos, pero a la vez me han hecho reconocer lo fea que era carajo! Gracias a Dios por los cosméticos, los blowers y los alisados, los polvos Maja y pintalabios que hoy nos permiten lucir mejorada!

En la niñez cuando aun vivía en Moca no me iba tan mal, tenía carita de angelito, el pelo bueno y hasta rubia! Pero definitivamente el clima del campo a la ciudad y los innumerables cortes de pelo que me dio una vecina que para ese entonces aprendía a ser estilista me dañaron los cabellos!

Entre los catorce y quince me encantaba disfrazarme para que me fotografiaran, me vestía de Árabe, me ponía una bata color azul brillante como si fuese un turbante y me maquillaba los ojos cual mujer nacida en el oriente, para mi yo estaba hermosa.

En otra estoy con una corona de plumas simbolizando una india, me puse encima una sábana blanca y agarré un palo que simulaba una lanza. Así me retraté, señores! La verdad es que cuando uno es muchacho no piensa!

No quieran verme en el tiempo que usé lentes! Que maldad tan grande mi gente! Y pensar que yo creí que mi par de “fondos de botella” eran los mas discretos y pequeños, hoy me doy cuenta que no, que de sin exagerar con ellos parecía una señora entrada en edad…

Hubo un tiempo en que fui flaca, muy flaca! Justo después que tuve mi primer hijo, tenía hasta un tinte rubio y el pelo muy riso, creo que parecía una garza. De la ropa no puedo ni contar, todo el vivo colorido de la moda 80-90, los pantalones pachuchos o tubitos y las chaquetas con grandes hombreras…que barbaridad amigos!

Lo que no puedo negar es que a pesar de mi infortunio y escasez de belleza, conservaba en mi carita la mirada y la sonrisa de la inocencia. Que tiempo tan bueno, que mente tan sana hoy ya malograda por el dolor y las experiencias de cada paso que al andar nos pega.

Que hermoso es recordar, ver lo mucho que hemos crecido, lo tanto que hemos sobrevivido, luchado, ganado o perdido.

Ahora, sigan riéndose de mis diferentes etapas… que yo ya me he reído bastante…

3 comentarios:

Antonio dijo...

Angie, esas fotos, que no se pierdan. Yo, con las de mi familia, me tomé el trabajo de escanearlas y grabarlas en CDs.

Gracias por tu interés en nombre de Cisco y en el mío.

Pedro Delgado es el autor de un blog sobre flamenco, que como sabes es la música popular más importante en el sur de España. Si quieres verlo, en Google "Quejío flamenco".

Un abrazo.

Darío Martínez Batlle dijo...

Genial!!

Yo hace un tiempo compré un escáner de negativos y diapositivas para ponerme a digitalizar la caterva de negativos que tengo guardados... Lo malo es que es un proceso muy lento y tedioso, pero de vez en cuando me animo a eso... tengo par de fotos donde yo debo estar pesando menos de 100 libras (mojado y con ropa).

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Angie...

Bellos y entrañables recuerdos, aunque le entra a uno un poco de nostalgia.

Abrazos.