Confieso que no soy amante de la política, mucho menos la forma como la practican en nuestro país.
Sería de gran alivio que en este privilegiado ejercicio existieran personas con serios criterios de integridad, alto grado de responsabilidad, honestidad, vocación, dignidad, respeto y don de servicio para con los demás.
Personalmente, suelo ser muy agresiva verbalmente cuando leo, oigo o sé de los infinitos casos de corrupción o el enriquecimiento ilícito, desproporcionado e injustificado de los que tienen acceso a la administración pública cada cuatro años.
Cada vez que voy a desearles que se los lleve quien no los trajo.... Rectifico y pienso en mi hermano Santiago que afortunamente es un político por vocación, no digo esto tan solo porque sea mi hermano, sino porque precisamente lo conozco y sé perfectamente de quien les hablo.
Me agradó la noticia de saber sobre sus aspiraciones a la sindicatura de nuestra comunidad en Monte la Jagua, Moca. Confío plenamente en que sus valores aprendidos en casa están por encima de cualquier lugar en el ayuntamiento.
Mi hermano cuenta con nuestro apoyo y el de (gracias a Dios) muchos simpatizantes que le han visto trabajar, resolver y ponerse en el zapato de quien alguna vez ha necesitado de sus servicios.
Suerte Chaguito y que todo sea para bien y satisfacción tuya y de toda nuestra familia del deber cumplido.
1 comentario:
Muchas suerte!
Semejante raíces de valores es lo que se necesita en la política.
saludos amiga.
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