Low Battery...

Ayer, en horas de la mañana solicité los servicios de una compañía de taxi para asistir a un compromiso de trabajo en el Hotel Meliá. El reloj corrió tan rápido como suele hacerlo a estas horas y por más que quisimos evitar lo odioso del tráfico capitalino, fue prácticamente imposible avanzar como deseaba para llegar temprano a la reunión.

En la tediosa espera del cambio de luz de un Amet (no de un semáforo), el chofer del taxi toma su celular y marca un número y le contestan…

Voz femenina: Aló…
Chofer: Aló…Margarita, yo voy a pasar mas tarde a buscar el tanque gas…Si, si, yo lo paso a buscar. Estoy haciendo un servicio en este momento…
Margarita: Y esa televisión que se oye de fondo??
Chofer: Qué televisión? Esa es la radio de la base!
Margarita: Radio? Base?... Eso debe ser en un Motel que tu estás!
Chofer: Pero, mira mujer tu estas volviendo loca??...Estoy “rodando” en la calle haciendo un serv…
¡Clack!… y le cerraron el teléfono!...

El hombre desconcertado por la actitud de la mujer, comparte conmigo lo ocurrido como si no lo hubiese escuchado todo… no hago otra cosa que sonreírme y tratar de buscarle una moraleja al asunto que al final preferí no externar.

No habíamos recorrido dos cuadras cuando la mujer lo llamó, dejó timbrar solo una vez el teléfono y cerró para que el hombre le devolviera la llamada (lo que llamamos un beeper)…

Esto inquietó y en cierta forma alegró al conductor, pues tendría la oportunidad de convencer a su amada de la veracidad del servicio, pero justo cuando se disponía a marcar el número, el aparato le advirtió que se había quedado sin batería!…

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