Paciencia...

Ayer le comentaba a mi amor que últimamente siento como que me han sacado el aire. Ni siquiera he tenido deseos de hacer los postres que en las pasadas semanas se habían convertido en un pasatiempo.

Se que todo tiene una razón de ser y mi desgano ha surgido por algo que también me llena de mucha satisfacción, que hace tan difícil conjugar los sentimientos de alegría y tristeza.

Muchos de mis lectores ya se habrán enterado que Arturo se va a trabajar muy lejos de nuestro país. Ha sido una buena noticia el hecho que el consiguiera esta oportunidad de trabajo fuera en el exterior para desarrollarse como profesional y alcanzar metas que tal vez aquí se le hubiera hecho mucho mas difícil alcanzar.

Bangladesh será el nuevo hogar de mi Chinito, desde que conocimos la propuesta Bangladesh se ha metido en nuestra cabeza y ha producido un océano de sentimientos, charlas, planes y una larga espera que tanto Arturo como yo estamos dispuestos a enfrentar para algún día acariciar de cerca nuestros sueños.

Ya entenderán entonces por qué no he estado tan activa en mi blog, las diligencias antes del viaje, el apoyo que debo darle a mi amor en estos momentos son vitales. Con su partida quedan mil cosas dormidas, solo el pensamiento y los buenos recuerdos que hasta el momento hemos compartido nos harán sobrevivir a esta prueba.

Aquí queda una mujer que lo adora y que por encima de todo el deseo de estar a su lado en estos momentos, lo apoya aun tenga que irse al otro lado del mundo. El se merece todo lo mejor porque es un ser humano excepcional. Me siento muy bendecida de que Dios haya puesto todas las condiciones para que conociéramos uno del otro.

Suerte y éxitos a mi querido amor, ya nos hemos dicho tantas cosas que todo se resume en: Paciencia.