11 julio, 2008

Arreglando sueños...


He estado trabajando tanto en estas semanas que parece que mi subconsciente se lleva toda la tarea que dejo pendiente en la oficina a mi casa.

A pesar de estar saliendo dos horas mas tarde de mi horario habitual, ese tiempo no me he suficiente para dejar todo en orden y regresar a día siguiente y empezar de cero, eso es prácticamente imposible, pero hago lo mejor para que sea manejable.

El estress y la presión nos altera y nos lleva a hablar un poco mas de la cuenta, si nos dejamos llevar por esto, involuntariamente lo metemos en nuestra cartera y lo llevamos a la casa y hasta los que no tienen nada que ver con ello pagan un precio no merecido.

Le contaba a mi compañero William quien es un fanático de jugar a la lotería, si es que se le puede llamar así o mas bien sería una manera decente de nombrarlo. Le decía que me había soñado con uno de mis jefes y otra persona de la oficina y traté de recordar punto por punto mi sueño que era sin lugar a dudas una pesadilla.

Soñé que nos dirigíamos a Acrópolis Center y de repente nos empezó a caer la tarde e inesperadamente nos encontramos con un chinchorro donde vendían comidas fritas, muy populares de nuestros barrios, pero que no son comunes de ver en las proximidades de este lujoso centro comercial.

Allí, inexplicablemente nos sentamos mi compañero de trabajo y mi jefe, quien de pronto comenzó a hacer alardes sobre su costoso vestuario y calzados, impresionando los allí presentes, quienes comenzaron a interesarse y con arma en manos le hicieron quitarse todo hasta quedar en ropa interior y calcetines.

Nos moríamos de temor la otra persona y yo, hasta que me tocó el turno y alguien trató de arrebatarme la cartera a lo que me opuse violentamente y cuando quise zafarme el joven se lanzó sobre mi con un cuchillito de esos de cortar pan el cual detuve por el filo de su punta con mi mano derecha.

Sentía dolor mientras forzaba para que no me lastimara tanto, mas fue en vano porque cuando me deshice del chico que me torturaba, abrí mi mano y ví una cortada ensangrentada.

Desperté alterada y atemorizada, pero al abrir los ojos y ver la claridad del día, sentí el alivio de que era solo una pesadilla. William me “aconsejó” luego de analizar mi historia, que jugara la fecha de nacimiento de mi jefe y la mía, entre otros números que combinó con los detalles que le había relatado..

Al otro día salieron nuestras fechas de cumpleaños!, el 03 y el 07!

1 comentario:

Sandra dijo...

Amiga, yo espero que usted me haya guardado lo mio$$$