Voy en el vuelo 680 de American Airlines rumbo a Miami, falta menos de una hora para llegar, hasta ahora todo va bien, ha sido un vuelo apacible y sin menores acontecimientos.
Cuando revise mi ticket por Internet vi que habían muchos asientos ocupados, pero la verdad es que somos pocos pasajeros los que vamos aquí.
En estos vuelos “cortos” por lo menos en American no ofrecen almuerzo, escasamente un vasito de jugo, refresco o agua, todo lo demás como papitas y galletas de chocolate se venden entre 3 y 6 dólares.
El sobrecargo me ofreció algo para tomar y me decidí por un poco de jugo de naranja, me hubiera gustado tener en la cartera por lo menos una galletita Dino para masticar, pero no ofrecieron ni siquiera lo que tenían de venta, así que mi estomago estaba en pijama porque mi vuelo era temprano en la mañana y solo me sostenía un café que había comprado en el aeropuerto.
En los asientos delante de mi, van dos niñas, hijas de una pareja de Mormones (lo deduje por su apariencia) viajan con cuatro varones más que son sus hermanos. Sus edades son de 13 para abajo, uno seguido del otro, el menor tiene 3.
Con tantos detalles pensaran que voy “comiendo boca” y la verdad es que no se equivocan porque estar metida en este avión sin ninguna otra distracción, pues resulta casi inevitable no escuchar lo que las azafatas hablan con estos pasajeros.
Una de ellas, con características físicas de asiática, se ha mostrado muy amable con esta numerosa familia que vive desde hace 5 años aquí, en San Juan de la Maguana.
Ha sido tan atenta la Azafata, que hasta invitó a los seis niños a conocer la cabina del Piloto antes del despegue. Ellos aceptaron gustosamente, yo hubiera reaccionado igual, pero bueno, a mi no me invitaron. La mujer le pregunto a los padres si traían cámara consigo para tomarles fotos con los comandantes del vuelo, pero ellos dijeron que no.
Después de unos minutos que los chicos se habían marchado con la chinita, le ofrecí al Mormón mi cámara y que luego les enviaría la foto por email, pero muy cortésmente me contestó que no, la verdad no parecían tan emocionados por el “regalo” de la azafata y como que en cierta forma le daba igual la cabina del avión.
El señor que parecía joven y llevaba un sobrero negro, aprovecho para preguntarme de donde era, le dije que de Moca, pero que residía en la Capital.
Ahí me contó que el vivía desde hacia 5 años en San Juan de la Maguana y que sus hijos y su esposa desde hacia solo 3 además que esta era la primera vez que regresaban a su país para pasar unas vacaciones con sus padres en Estados Unidos.
El señor me halagó al decirme que hablaba muy bien el ingles, lo cual agradecí y termine diciendo que necesitaba practicar un poco mas.
Estas personas llamaron mucho la atención al llegar a la de espera antes de abordar el avión. La señora luce mayor que su esposo, pero se justifica después de dar a luz seis hijos uno tras el otro, todos a imagen y semejanza de sus progenitores, como si se tratara de una tribu.
Las niñas llevaban dos trenzas rubísimas y sus vestidos con mangas abombadas estilo años ochenta y la tela tan parecida o igual al de la madre. Los varones, casi todos con camisa azul claro y un bulto cruzado entre su pecho. Realmente se veían graciosos, fuera de lo común y salidos de otra época.
Continuaba la Azafata con su desborde de simpatía para con la familia, hasta el punto de que ellos fueron probablemente los únicos a quienes le regalaron galletas de chocolate y papitas. Mi hambre se hacia peor sobretodo al ver pasar comida por mi lado.
Es entendible y me pareció muy buen gesto del personal de American darle de comer a los chicos porque ellos necesitan sentirse cómodos y satisfechos a parte de que son los futuros clientes potenciales del servicio de la línea aérea y creo que la Chinita se esmeraba por dejar una buena impresión en ellos, algo que recordaran para toda la vida.
Para que vean la diferencia, en un momento del vuelo le solicite a ella misma que me regalara un formulario de aduana y le hice la señal desde mi asiento, ella me devolvió el mensaje con otra señal… indicándome donde estaban dichos formularios como para que me parara a buscarlo… no lo podía creer y cuando intente levantarme, ya me lo había hecho llegar con otro pasajero que estaba sentado detrás de mi.
Creo que no es una actitud favorable en el trabajo que desempeña y me imagino que acciones como estas son una de las tantas que reportan algunos pasajeros afectados por un mal servicio, especialmente los de American Airlines. Otro punto en contra es que durante el vuelo los sobrecargos no ofrecieron todos los formularios correspondientes para entregar a las autoridades de migración y eso provoco un “tapón” a nuestro arribo a Miami.
El aeropuerto de Miami es inmenso y hay que caminar tanto que hay que tomar hasta un metro para llegar a unas determinadas salidas, así que yo tenia que pasar por migración, retirar la maleta, hacer aduana y agotar todos los requerimientos rigurosos para luego salir corriendo a buscar la salida del otro avión.
Mi cabeza se me estaba estallando del dolor porque no había comido nada y la verdad no quería detenerme hasta que no confirmara donde debía esperar mi próximo vuelo.
Mientras caminaba, una mujer que venia detrás de mi que lucia súper cansada y además era gordita, mandó a parar un pequeño carrito que manejaba una señora precisamente para transportar a los pasajeros y le dijo en voz alta: “Espérame que voy a la salida 50 y estoy cansada”, dicho y hecho, se monto y se marcharon. Yo seguí mi larga caminata a sabiendas que tenia el reloj en contra.
Localice mi salida, pero el dolor de cabeza no me dejaba en paz y sabia que inmediatamente comiera algo, se me pasaría, así que volví atrás a comer algo. Para mi mala suerte me decidí por un pedazo de pizza que tenia aspecto de una colcha espuma y que a pesar de que la pusieron a recalentar en el horno salio como un almohadón. Al final, terminé compartiéndola con una Peruana con quien me senté a comer en una mesa que tenia un asiento desocupado.
Volví con urgencia a la salida y me extrañe que no estuvieran abordando aun, lo cual aproveché para ir al baño, ver una tiendita y volver a mi asiento. Se me ocurrió preguntarle a un Gringo si él también iba a Washington y me dijo que no… Entonces me dije: Oh oh…estoy en problemas… y me fui a preguntarle a la representante de la línea aérea y cuando me solicitó el ticket fue cuando me di cuenta que estaba en la salida equivocada…
Cuando la gordita que venía detrás de mi y le voceó a la mujer que se detuviera, mi cerebro descompuesto por el dolor, registró en el subconsciente el número 50 y fue tanta mi convicción que no volví jamás a revisar mi ticket para darme cuenta que la mía era la 51.
Salí como un bólido para la 51 que estaba justo al lado y le expliqué a la señorita del counter lo que me había pasado. Ella tomó mi ticket y empezó a digitar cosas en su computadora y yo de ilusa le pregunté si el avión aun estaba y ella me aterrizó diciéndome que no, que me había dejado el avión!
Me quería morir del susto, y también me regañaba por lo ser tan distraída algunas veces, pero luego de ver lo fácil que ella pudo resolverme el problema haciendo otro ticket y mandándome a otra salida para que abordara el próximo avión en 30 minutos, me alegré por la suerte que tuve y me reí de mi misma por ser tan aérea como casi siempre soy.
Esta historia continuará…
7 comentarios:
No comprendo como dejaron ir a los niños a la cabina si luego de los atentados del 11 de Septiembre esta totalmente prohibido a nadie pasar a la cabina, que de hecho esta cerrada con seguro y las aeromozas le tienen que pasar los papeles de informacion a los pilotos por debajo de la puerta o decirselo por el Intercom, quizas fue antes de el avion partir que los llevaron.
Sobre el trato de AA es algo sabido por muchos que tratan a los Dominicanos como perros. Yo prefiero viajar en Yola que irme en AA. Jetblue y Delta dan muy buen trato al cliente.
Enmanuel
Gracias por tu comentario Enmanuel, y si te confirmo que los niños pasaron a la cabina antes del despegue.
En cuanto al servicio de American para con los Dominicanos, es evidente que ellos a veces nos tratan como anafabetos del buen comportamiento, en muchos casos es porque lamentablemente nos lo hemos ganado, en otros es por la predisposición, porque déjame decirte que aparecen unos personajes indeseables que no tienen educación para viajar en un avión.
Con esto no quiero generalizar en que son solo los Dominicanos y mucho menos deseo justificar las malas acciones de la línea ni a sus tripulantes porque deben saber como manejar esta situación ya que el pasaje no lo regalan.
Saludos
Sister! ya llegaste!! te voy a leer con detenimiento esta noche, ando con poquito tiempo!
Espero que todo bien!!
este blog es muy chido
Si Sandrita, ya estoy devuelta desde el pasado domingo.
Espero que estes bieeeen!
Anónimo, que pena que no dejaste tu nombre. Gracias por tu comentario halagador al estilo Mexicano.
Un placer!
hola soy yo la que te dije que tu blog es muy chido me gusta usar frases mexicanas por que algun dia me gustaria ir a mexico claro despues que pase lo de la gripe.
Hola Angela la verdad que creia que era a mi solamente que me pasaba perder el vuelo porque cada vez que tengo un vuelo con escala siempre lo pierdo o soy la ultima en abordar.
me hubiese tenido tener la suerte que tuvieron esos ninos al dejarlo pasar a la cabina del piloto siempre he querido ver esa parte con mis propios ojos :D
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