30 mayo, 2009

De ahí ahí con los Tígres...

Hoy me levanté con el síndrome de Pedro Genaro y me encapriché en irme al Zoológico Nacional a tomar fotos.

Tenía mucho tiempo que no visitaba el parque. Siempre fue uno de mis lugares favoritos durante mi niñez y guardo muy lindos recuerdos de esa época donde mis vecinos y sus hijos contemporáneos a mi edad nos íbamos de paseo aprovechando lo cercano que está de nuestro sector.

Honestamente no iba tan ilusionada porque la última vez que fui, el zoológico no estaba en la mejor de las condiciones y en vez de alegrarme, lo que sentí fue tristeza por lo abandonado que lucía.

No tenía idea de cuanto costaba la entrada, pero admito que antes de llegar mi turno para comprar la taquilla, rebusqué dinero en moneda de la que me había sobrado del transporte público, pensando que con ellas sería suficiente, pero como han cambiado los tiempos!, alguien me mostró los precios de entrada: RD$100 pesos los Dominicanos y si mal no recuerdo US$10.00 los extranjeros. Esta tarifa incluía el Tour en el tren.

Advertí que se realizaba una actividad donde había muchas señoras mayores, me imaginé que tenía que ver con algo relacionado a la celebración del día de las Madres que es mañana 31 de mayo.

Me senté debajo de un quiosco a preparar mi cámara y casi de inmediato fui a investigar la razón del gentío. Entre los presentes se encontraba Jaime David Mirabal, actual secretario de medioambiente (Quien está mas caliente que una papa salida del horno por su disposición de que en una zona aledaña a los Haitises se construya una cementera).

El acto era originado por la Fundación Manos Arrugadas y su slogan rezaba así: “Envejecientes que siembran principios de vida. Quisqueya verde y verde para siempre!”
Un mariachi deleitaba la audiencia y el hijo del cantante principal, un chiquillo de unos 9 o 10 años fue invitado a cantarle a las madres. (Esto lo compartiré mas tarde).

Tomé el tren y empezamos nuestro “safari”. Para mi sorpresa y felicidad encontré cambios para bien. Noté algo diferente en esta visita, habían pintado los banquitos tipo dados para sentarse, lo cual me dio una buena señal. Las jaulas de las palomas y otras especies deben ser renovadas, pero vamos a darle tiempo.

Las áreas verdes lucen mejoradas y se pueden observar muchos empleados de limpieza y construcción en plena faena de trabajo con algunas señales de que próximamente habrá nuevas exhibiciones de animales.

Para disfrutar de un paseo por el zoologico hay que tener un 50% de suerte, esto para que los animales estén de humor para mostrarse al público. En algunas ocasiones no se veía ni seña de nada de lo que la guía narraba y al final del recorrido opté por caminar por las mismas zonas que ya había pasado para tener un mejor contacto y poder tomar mis fotografías.

Entre las cosas lindas que vi, fueron las Aves, los Rinocerontes, Avestruz, todos conviviendo en perfecta armonía. Me reí con un grupo de empleados del parque que tenían la tarea de atrapar un Avestruz para suministrarle una medicina. Estos pájaros corren muchísimo y hacían ver a este grupo de hombres como unos tontos. De veras que fue muy gracioso.

Fui a ver a Toby, el chimpancé mas cool y mas aplatanado que tenemos. Cuando llegué no me hizo caso. Por mas que le voceé para que se parara un momento no prestó la más mínima atención. Estaba acostado con una pierna cruzada y con una de sus grandes manos se cubría los ojos por el resplandor del ardiente sol. Su mirada puesta hacía la copa de los árboles. Se notaba distraído y pensativo, ajeno o harto de lo mismo.

De pronto llegó un empleado y le gritó: “Toby!!” Amigos míos, les cuento que ese señor se paró y se sentó, levantó su mano derecha en señal de saludo, pero no cualquier saludo, era uno muy parecido al hola de un “Joe” o un Reguetonero. Y les juro que la cara que puso era como de: “Dime, tiene algo pa’mi por ahí?”

El muchacho le arrojó dos guineos, uno quedó un poco lejos de su alcance inmediato y el otro casi en sus manos. Se comió el segundo, el que tenía cerca. Pero el otro lo fue a buscar pasado unos minutos dando muestra de su gran pereza.

Las compañeras de Toby se llaman María y Linda, pero ésta última no le dio la gana de salir de donde se encontraba, nunca la vi. Sin embargo María no estaba en coro con nadie y se mantuvo dando un paseo de rutina y de vez en cuando me miraba como advirtiendo que ella sabía que yo la estaba mirando.

Estos animales son especiales, me encanta como es la interacción con ellos y como son tan parecidos a nosotros. Además de cada uno de sus movimientos son muy graciosos

Pensé que mi visita estaba más que satisfecha ya. Seguí avanzando por la ruta de la salida, pero en el camino me encontré con el joven que le había dado los bananos a Toby y le comenté con entusiasmo como el chimpancés ya le reconocía la voz. El muchacho me contó cosas del mono y además me informó que el área para la cual trabajaba era la de los Felinos y me invitó a verlos mas de cerca.

Yo lo acompañé con cierta emoción, con curiosidad y un poco de miedo porque eso de “verlo de cerca” en este caso para mi, lo mas razonable conociendo lo “valiente” que soy sería a una muy pero muy prudente!

Este hombre fue muy complaciente conmigo y me llevó hasta las jaulas donde le dan de comer y los cuidan. Me aseguré con él de que éstas estaban bien cerradas y que no había riesgo alguno al exponerme. Aun así, casi temblaba. Pero era mucha mi alegría por la oportunidad tan poco usual de estar de cerca ante unos animales tan poderosos y temidos.

Estuve de ahí a ahí con los Leones y los Tigres, algunos son ejemplares muy jóvenes recién llegados de México y que todavía no están siendo exhibidos. Todos tienen nombres de personas y resulta súper gracioso como este muchacho se dirige a ellos sin la menor señal de temor, pero sin descuido a la vez. Muy diferente a mí que cuando pasaba por el lado de una de las jaulas y a menos de tres pasos de ellos, se me enfriaba el estómago.

Después de esta maravillosa e inolvidable experiencia seguí en busca de mas aventura y mientras tomaba fotos a unos periquitos de colores bellísimos, llegaron una rumba de “carajitos” y me decían: “Americana, tírame una foto a mi”… jajajaja

Accedí a tomarle la foto al que habló, pero esto trajo como consecuencia de que TODOS se me fueran encima como una avalancha solicitándome más y más fotos. Algunas individuales y otras en pareja tomando las poses de un Daddy Yankee cualquiera.

Estos muchachitos me hicieron pasar un rato agradable, dueños de una energía increíble, pero eso si, menos grande que la ilusión de verse retratados en unas fotos que quizás nunca llegarán a sus manos. Por lo menos pudieron verlas en mi cámara y sus rostros alegres me dieron las gracias por ellas.

Seguí mis andanzas por el áera de las Serpientes, no hay tantas, pero hay una de ellas que me acordó la película Anaconda. Mi largo paseo terminó en el bello “Paraíso” de los Flamencos. Muchísimos ejemplares agrupados y dándose un tibio baño. Son unos escandalosos y para colmo hay unos letreros para los visitantes que dicen: Favor hacer silencio, estamos cuidando nuestros huevos. Protégenos!”.

Me encantó esta visita, debo felicitar a los nuevos administradores del parque porque se hace notar la intención de recuperarlo y una prueba de ello es la gran cantidad de muchachos trabajando en el bienestar de los animales y que permite a la mayoría de esos habitantes sentirse como en su propio habitad.

Hay que hacer más, falta mucho mas por mejorar en el Zoológico, definitivamente hay que cuidarlo, acondicionarlo, limpiarlo y todos nosotros debemos visitarlo y apoyarlo porque nuestro parque cuenta con una zona hermosísima que lo hace muy especial y digno para compartir y pasar una tarde o mañana maravillosa en familia bajo uno de sus frondosos árboles.

Disfruten todas las fotos!

6 comentarios:

Darío Martínez Batlle dijo...

Así me gusta, que los tigres y los leones estén enjaulados, esos frescos (sobre todo los primeros).

Muy chévere tu crónica, Americana!!

:D

...:::Vito:::... dijo...

me han dicho que esta en un estado tan decadente que pense que no tenia ni animales...

Pedro Genaro dijo...

Angie, mil gracias por definir este impulso por sentirte compenetrada con la naturaleza como el "Síndrome Pedro Genaro", no te imaginas cuanto me he reído!!! Una vez contagiamos a Darío y con todo y haber amanecido comiendo tacos, se fue con nosotros a la Reserva de Ebano Verde. La descripción de tu periplo por el parque está exquisita...cubriste todos los detalles!!! Luego me contarás eso que admitiste de que te daba miedo estar cerca de los tigres, jejeje!!!

Te felicito sinceramente, tus fotos estan chulísimas!!!

Angela Guichardo dijo...

Dario, creeme que si es por la seguridad que tenia de que estaban enjaulados y bien asegurados, no entro.

Vito, todavia falta mucho por hacer en el Zoo pero se esta trabajando, al menos eso vi. Hay que visitarlo para que la contribucion pueda ayudar a recuperarlo y embellecerlo mas.

Pedro! que placer leerte. Tu sabes que eres inspiracion para amar la naturaleza, especialmente nuestra fauna. Me he enamorado de tu talento y tu blog. Mira, algun dia llevame pa un monte de esos a tomar fotos con tu grupo de aventureros. Yo solo le tengo miedo a las culebras y los lagartos, pero ustedes me cuidan, si?

Dario es un vago, porque yo con el talento que el tiene lo estaria explotando mas. Ese loquito es buena gente y lo admiro mucho tambien.

Saludos y abrazos!!
gracias por visitarme

Angela Guichardo dijo...

Se me olvido decirte, que a los tigres que quieres resaltar son pajita de coco, palomita de maiz, un poema, fly al catcher, una papita delante las aguerridas Aguilas...\

JEJEJE

Sandra dijo...

Sister! que mensaje más subliminal me dejaste...Jajjaja si si ya lo sé, pero ya luego te cuento como vá la cosa, estoy en unas condiciones que poco a poco se me vá a ir olvidando el intelné :p

Por cierto, muy chulo lo que escribiste, solo que obviaste un detallito al final de tú narración con relación a los animales del zoo.
Tenías que agregar " Cualquier parecido a la realidad, es puritita casualidad.." lol lol